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Gran ambiente en el arranque del Carmín más atípico: "La gente se ha volcado"

Los locales polesos mantienen su aforo al máximo permitido toda la noche y los hosteleros perciben a los clientes "muy concienciados"

Un grupo de amigos esperan para cenar en El Madreñeru. A. I.

Sin pregón, voladores ni verbena arrancó El Carmín más atípico de la historia en Pola de Siero. Lo hizo con una intensa noche de viernes, que superó las expectativas a nivel de afluencia, pero también mostró el lado más responsable de la gran mayoría de los que salieron a la calle a divertirse. "La gente se ha volcado desde primera hora de la tarde. Eso sí, están muy concienciados", coincidían varios hosteleros de la localidad, encantados con la hora más de apertura que les ha permitido el Ayuntamiento, que ha supuesto "un balón de oxígeno para el sector".

Algo se movía en la capital del concejo de Siero a eso de las siete de la tarde del viernes. Terrazas llenas a reventar, así como los interiores, donde se pasaba algo mejor el bochorno.

El plan más frecuente era el de unas cervezas de media tarde, cena y los correspondientes digestivos para tomar dirección a la cama. Esta fue la opción elegida por Mario Vigil y Rubén Cueto.

El primero llegaba de trabajar fuera de la localidad polesa durante el resto del día y le faltó tiempo para reunirse con su pandilla habitual e inaugurar los "no festejos". "Después, una buena cena en el Cuevano, unas copas y a las dos y algo en casa", concluía Vigil.

Entre su grupo de colegas habituales, Cueto era quizá el que más ganas tenía de celebración. No en vano "había pedido las vacaciones de tal manera que este año sí que pudiera disfrutar de las fiestas".

En Les Campes el ambiente era envidiable a la hora de la cena. Grupos de personas de todas las edades esperaban por su mesa, con la mascarilla y la distancia mandada. "Está siendo genial, gente joven comportándose perfectamente y disfrutando de manera ejemplar de la fiesta", comentaba sobre la marcha la hostelera Loreto García, de El Madreñeru.

Poco a poco fue dando la hora de cierre de los bares, marcado a las tres para la retirada de terrazas y media hora después para el desalojo del interior. "Ha sido un primer día muy bueno, con todo lleno desde la tarde hasta el cierre y con la gente muy concienciada", explicaba Alberto Díaz, del Patio de Butacas.

Pasada esa hora, solo había tres opciones. Caer en los brazos de morfeo, esperando a nuevas jornadas festivas, continuar la verbena en casa o, disponiendo de reserva, acudir al único local de música amplificada de la Pola.

Allí sin falta estaba Álvaro Zapico, trazando el primer paso de su estrategia para el Carmín más atípico: "Viernes y sábado tengo cena con los amigos y reserva aquí para acabar la noche. Luego, ya el domingo, voy al Urriellu y se acabó la fiesta", resumía Zapico, que apuró la primera jornada hasta que la claridad ya pedía más café que compuestas.

No fue el único, ni mucho menos, que acabó la fiesta cuando los vecinos comenzaban a ir a por el pan, LA NUEVA ESPAÑA o a sus empleos, en el caso de los que no libran los sábados. Tanto fue así, que la Policía Local acudió a disolver a una veintena de personas que aún tenían ganas de marcha pasadas las siete de la madrugada a la puerta del único local nocturno abierto en la capital polesa.

La cosa fue tranquila, se despejó la pequeña agrupación y cada uno decidió volver a casa o apurar la última en las cafeterías que ya servían desayunos.

A partir de ahí, un momento de impás hasta la hora del vermú, con nuevo llenazo en la plaza Les Campes. Y eso que ayer los socios de Festejos echaban en falta algo: "Si pagamos el recibo, ¿por qué no nos dan el bollo y el vino?", coincidían varios socios, molestos.

De hecho, las críticas a la gestión del presidente de la Sociedad de Festejos, Jenaro Soto, fueron contundentes y reiteradas. "No entiendo cómo las cuentas de la Sociedad de Festejos pueden estar así, si se tuvieron que recaudar 13.000 euros en enero", espetaba Alberto Díaz, que, en su caso, no se mostraba tan molesto con la ausencia de reparto del bollo.

Por su parte, Lucía Noval, también socia de Festejos, sí que afeaba que no se hiciera. "Estoy tremendamente indignada. En la situación en la que estamos todo socio comprende que el bollu no sea prioridad, pero la junta debería de dar algún tipo de explicación o comunicado acerca de dónde está el dinero", resumía.

A la comida y merienda con bollo preñao la sustituyó el banquete en restaurante con larga sobremesa entre familia y amigos. Al final, este proceder acabó por convertirse en un vermú largo hasta el anochecer que continuaba a la hora del cierre de esta edición.

Para la jornada de hoy, está prevista la misa habitual del Carmen, a las 12.30 en la iglesia parroquial. Será la última misa festiva oficiada por el párroco Juan Manuel Hevia, que se traslada a Colloto en septiembre.

En esta ocasión no se sacará la figura de la Virgen y el grupo folklórico "El Ventolín" no podrá bailar la tradicional danza prima. Todo sea por precaución y por intentar evitar rebrotes pues, como dice el propio Álvaro Zapico, "ya celebraremos más en 2021".

El oficio religioso será el punto álgido del domingo, que se espera más tranquilo siendo víspera del día "D". El lunes de Carmín, habitualmente día grande de la fiesta, que a buen seguro volverá a llenar los establecimientos hosteleros de la capital sierense.

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