La principal discusión en torno al yacimiento romano de Lucus Asturum, en Llanera, gira en torno a si este enclave era un hábitat disperso o los edificios conformaban un núcleo concentrado de población. Y en esa línea investiga el grupo dirigido por la arqueóloga Esperanza Martín, tras encontrar unas termas con un dilatado periodo de uso (siglos I- III) en las pasadas campañas. Así, para comprobar si hay más edificaciones, están realizando una búsqueda con sistemas de teledetección en un área mucho más amplia que en las trabajadas anteriormente.
"Después de realizar la excavación y conocer la naturaleza de esos restos, que resultaron ser una estación termal romana, ampliamos el espacio de prospección para saber si es un edificio aislado o forma parte de una aglomeración urbana, ya que esta es una de las principales líneas de discusión en torno a la investigación de Lucus Asturum", detalla Martín. Lo hacen mediante trabajos de teledeteccion: análisis de ortofotografía histórica, fotogrametría y estudios de datos LiDAR, a lo que se suma la prospección geofísica, en colaboración con la Escuela Politécnica de Mieres, quienes realizan las búsquedas con georadar, bajo la dirección de Paulino Fernández y Luis Calvo.
Los trabajos de sondeo geofísico se centran en seis fincas, ubicadas en la vertiente norte del aeródromo de La Morgal, algunas colindantes a la parcela donde se realizó la excavación que sacó a la luz el balneario romano. Un lugar al que acudieron a investigar tras tener conocimiento de evidencias arqueológicas por los mencionados análisis previos, así como noticias escritas y orales de varios vecinos de la zona.
Y, ahora, emplean los sistemas de teledetección más innovadores en aras de saber si hay más inmuebles. Lo hacen poco a poco, van por franjas de cien metros de largo y diez de ancho "para ir delimitando las zonas con evidencias arqueológicas. A veces no encontramos nada, pero poco a poco acotamos el espacio de Lucus", detalla Martín.
Han tenido que esperar para iniciar la prospección debido a las condiciones meteorológicas. Es necesario el sol y un suelo seco libre de bolsas de agua para que los sistemas de teledetección puedan trabajar con normalidad. Y en La Morgal, el topónimo ya indica que es un terreno muy húmedo. Finalmente, con el sol de la pasada semana pudieron iniciar los trabajos, que se desarrollarán hasta finales de verano. "Puede que en alguna finca a pesar de las noticias, no haya nada, pero si conseguimos ir dibujando progresivamente el plano de Lucus sería una maravilla", comenta Martín, quien espera conseguir unos resultados que puedan propiciar la apertura del terreno para su análisis arqueológico. Una investigación financiada por el Ayuntamiento de Llanera, que podría dar luz sobre el origen y desarrollo de Lucus Asturum.
