El campo de fútbol de Pola de Siero, actualmente bajo el nombre del Bayu, pasará a llamarse Campo Municipal Dani Suárez, en próximas fechas, en homenaje al entrenador del CD Romanón fallecido a los 26 años de leucemia en el mes de junio. El cambio de nombre apareció ayer publicado en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA) y ahora hay un plazo de veinte días por si alguien quiere presentar alguna alegación al cambio.

La iniciativa surgió cuando un colectivo de diez miembros del CD Romanón se personaron delante del Ayuntamiento de Siero para solicitar que el joven fallecido diera nombre al estadio. El alcalde, el socialista Ángel García, les recibió entonces y le leyeron un comunicado en el que argumentaron a favor de la nueva denominación.

"La distinción honorífica de dar el nombre de una persona a calles o edificios debe hacerse a favor de aquellas que hayan destacado por sus actividades científicas, artísticas, culturales, deportivas o de cualquier otra índole y sean de un notable reconocimiento por parte de los habitantes de la localidad. Dani Suárez ha dejado un importante legado en Pola de Siero", defendieron.

El regidor se emocionó con el mensaje de los representantes del club. "Voy a hacer esta solicitud mía. Así facilitaremos los trámites y no tendréis que recoger firmas. Con la mayoría de votos en el pleno, valdrá", expuso en aquel momento. Dicho y hecho, la maquinaria se puso en marcha y en menos de dos meses se ha podido resolver.

De esta manera se consumará el homenaje a un vecino muy querido en la Pola, donde su muerte causó gran conmoción, especialmente en el ámbito deportivo. En el club no escatiman palabras de elogio y cariño hacia su figura. Dolores Fuego, secretaria del Romanón le eleva a la categoría de "símbolo", recordando que el club -al que llegó como entrenador en 2014- "era su vida".

Dani Suárez tenía limitaciones visuales y no pudo entrar como jugador, pero, siendo un gran amante del balompié, decidió dedicarse a los banquillos "cuando sus amigos comenzaron a jugar aquí". Esa pasión nunca la abandonó, ni al final. "Estuvimos siempre en contacto. Pedía que le llevaran los partidos para verlos desde la cama". Desde el hospital corregía la táctica y se comunicaba con el equipo, además de no perder partido de su querido Sporting de Gijón.