La asociación de la sidra casera de Carreño, presidida por Félix José Muñoz de la Vega, tiene constancia de la existencia de, al menos, once variedades de manzana de sidra propias de Carreño que ni siquiera aparecen en el banco de germoplasma del Serida. El hijo de Muñoz de la Vega, el biólogo Félix José Muñoz Cayado, está estudiando acerca de este hallazgo y va más allá, ya que para que no se pierdan estas variedades propias del concejo han hecho injertos. "Enviamos al Serida, a través de Enrique da Pena, unas muestras de hojas para hacer la comparativa genética, y esas variedades no están en su banco de germoplasma", confirma Muñoz Cayado.

La asociación está buscando árboles autóctonos por la zona para saber qué variedades se daban en el concejo. Y es que hasta los años 50 del siglo pasado, en Carreño había multitud de pomaradas que desaparecieron con la implantación de Tudela Veguín y la creación de la Ciudad de Vacaciones de Perlora, entre otros complejos. La importancia de conocer más sobre la manzana autóctona de Carreño supone conocer por qué la sidra roja de la zona es diferente a la del resto de concejos asturianos. Por ahora, saben que además de estar hecha con frutos de la zona también se conservaba en pipas de cerezo, que aportaban un sabor diferente. "Hay tradición oral de que había pipas de madera de cerezo en Carreño desde el siglo XVIII, al igual que en Villaviciosa. Esas pipas se desechaban porque eran muy delicadas, mantenerlas era más delicado y se fueron perdiendo con el paso del tiempo por las de castaño montés", aporta la historiadora Paloma García.

Otra de las diferencias que aporta un sabor diferente a la sidra roja de Carreño tiene que ver con el lugar donde se asentaban las pomaradas. "El suelo también sería un factor importante, la situación de cada plantación", añade García. Desde la asociación carreñense presidida por Muñoz de la Vega están retomando la producción de sidra de la zona. Para ello, contaron con la colaboración de Marujina Rodiles. Esta vecina "fue la mayor colaboradora. Bajamos de su casa 25 sacos de manzanas de un árbol autóctono de más de 80 años para hacer sidra de Carreño", comenta Muñoz de la Vega. Además, emplean pipas de cerezo y hacen todo el proceso de forma tradicional, con herramientas rústicas con varias décadas en su haber. Esta labor altruista de la familia de Casa La Vega, en Perlora, cuenta con el respaldo de la Alcaldesa de Carreño, Amelia Fernández, quien "desde el primer momento nos apoyó". Y ahora, buscan dar más luz sobre la historia de la peculiaridad de la sidra roja de Carreño.