La sidra roja de Carreño está en estudio. Esta peculiar variedad de la bebida asturiana se diferencia del resto en su sabor, más fuerte y con más cuerpo, así como en el color de tinte anaranjado y en la graduación, que contiene más alcohol que el resto de sidras asturianas. El hecho de apodarla como "roja" se debe a estas tres características que la hacen única. Por ello, la historiadora Paloma García está recopilando documentación que aluda a la sidra de Carreño para poder explicar los entresijos de esta variedad típica del concejo central asturiano que a principios del siglo pasado atesoraba 80 lagares y ahora apenas cuenta con dos en activo produciendo de forma industrial, al margen de los de las viviendas particulares.
El estudio en cuestión de García abarca biología y cultura de la elaboración de sidra. "Vamos a manejar solo documentación hemerográfica de prensa histórica de más de 20 cabeceras de periódicos antiguos, desde finales del siglo XIX hasta 1950, para saber en qué lugar estaba la sidra de Carreño", explica la doctora en Historia. La compilación hemerográfica estaba previsto que se presentase al público este verano, coincidiendo con la V Degustación de Sidra Casera de Carreño, un evento que se canceló por la crisis sanitaria. Ahora, García espera tener listo su trabajo para hacerlo público a principios del año que viene. "Será una especie de dossier de prensa para que la gente se acerque a la lectura de los artículos de la época, con una interpretación histórica explicativa", añade la historiadora.
Este trabajo, elaborado de forma altruista por García, cuenta con el respaldo de la asociación de la sidra casera de Carreño, que preside su tío Félix José Muñoz de la Vega, así como de las aportaciones del hijo de éste, el biólogo Félix José Muñoz Cayado.
