A primeros de abril, en pleno confinamiento, recuerdo las palabras de un buen amigo: "Ahora más que nunca hay que innovar".

Siendo sincero, siempre defendí la innovación, sobre todo en el ámbito empresarial, pero nunca creí que iba a hacer falta innovar en ámbitos tan dispares como por ejemplo las fiestas de prau. Este verano, cuando muchos gobernantes están abandonando la cultura y el ocio, sin preocuparse de las personas y familias enteras que viven de ello (no podemos poner una venda en los ojos y no ver las fiestas como un motor económico importante), innovar se hace más primordial si queremos salir adelante.

En algunos países de Europa ya se reunían en las casas a comer y compartir anécdotas y risas, tras adquirir la comida en algún establecimiento cercano. De esta idea, que la vivieron vecinos de Valdesoto, es la que se inspiran los miembros de Santa Apolonia para organizar la tradicional fabada de sus fiestas, que tiene lugar este próximo domingo en Valdesoto.

Me consta que desde hace días los cocineros (incluso uno de ellos viene de Canarias para la ocasión) están por los mercados en busca de los mejores ingredientes.

Cuando se junta la tradición y la innovación el éxito está asegurado, ahora solo queda disfrutar en nuestra casa, y en grupo reducido, de nuestra comida más tradicional. Buen provecho en su XXII edición de esta tradicional cita.