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Un agente de seguros de Grado acepta un año y 10 meses de prisión por estafa

El condenado reconoce que se adueñó de 22.308 euros de 68 clientes que se quedaron sin la póliza que habían suscrito con la aseguradora

El agente de seguros acusado de estafar a casi 70 clientes de la oficina de Grado de una aseguradora se ha declarado culpable aceptando un año y diez meses de prisión, una suspensión por dos años y seis meses y la posibilidad de que los afectados le reclamen dinero. Todo después de defender su inocencia en la primera sesión de la vista celebrada en Oviedo.

Sin embargo, los testimonios de los primeros clientes llamados a testificar, que afirmaron que el agente les cobraba en mano o en su cuenta personal y no les daba las pólizas, le llevaron a aceptar ayer un acuerdo. La tesis de la fiscalía, aceptada por el vecino de la localidad moscona, es que el acusado comenzó a trabajar en una compañía de seguros con sede en la plaza de Indalecio Corujedo, de Grado. De acuerdo con el contrato laboral, el acusado debía cuidar del cobro de los recibos de prima a sus vencimientos -salvo el de los domiciliados, que efectuaría la aseguradora directamente-, liquidándose a continuación a la compañía.

También se obligaba a rendir cuentas a la aseguradora, con periodicidad no superior a un mes, de los cobros y pagos efectuados, y a abonar simultáneamente a la aseguradora el saldo que resultase. Además, tenía acceso a una herramienta informática de la empresa, a través de la cual podía conocer las modalidades de seguros, las condiciones para su suscripción y los métodos, sistemas e impresos en materia de administración y producción.

Desde que inició su labor hasta mediados de 2016, el acusado cobró repetidamente en metálico a los clientes de la compañía cantidades destinadas al pago de las correspondientes pólizas de seguro que, en lugar de entregar a la aseguradora, hizo suyas aplicándolas a usos propios, sin llevar a cabo los trámites necesarios para que las pólizas llegasen a estar en vigor.

En otras ocasiones facilitó a los clientes el número de distintas cuentas bancarias, ajenas a la aseguradora y controladas por él, para que efectuasen el pago de las primas, quedándose el dinero.

El acusado ocultó en todo momento a los clientes en cuestión el verdadero destino de las sumas que abonaban, para lo cual les hacía entrega de diversos documentos, tales como impresiones de pantalla, recibos o certificados, en los que estampaba su firma y el sello de la agencia, indicándoles que de tal forma quedaba justificado el pago de la prima.

Los clientes afectados son, al menos, 68. El total de las sumas abonadas por estos clientes asciende, como mínimo, a 22.308 euros. La aseguradora tuvo conocimiento de los hechos a mediados de 2016 a través de varios clientes

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