Francisco Etxeberría Gabilondo, médico especialista en medicina legal y forense y profesor de la Universidad del País Vasco, así como el responsable de la exhumación en la fosa de Bañugues (Gozón), da una conferencia mañana durante las Jornadas de Memoria Democrática que se celebrarán en el Teatro Prendes de Candás ( 18 horas). En ella abordará la situación actual de la ley sobre memoria histórica y lo que queda por hacer.
- ¿Qué abordará en la conferencia?
-La voy a dividir en 2 partes. Voy a explicar cómo se hizo la exhumación en Bañugues y, en segundo lugar, el contexto general en el que se están haciendo las exhumaciones. Precisamente estos días se ha empezado a conocer los detalles de la ley de Memoria Democrática, en la que se avanzará en estos temas. Hay un deber de memoria que nos alcanza a toda la sociedad, porque las víctimas tienen derecho a la memoria y todos los demás tenemos deberes, que alcanzan a los ciudadanos, a los ayuntamientos, universidades, a todas las instancias de la administración. Todos podemos hacer algo más de lo que hicimos hasta ahora con la legitimidad que tienen estos procesos.
- ¿Qué supone para la sociedad que se revivan historias como las de "Les Candases" en un documental?
-Durante la exhumación había un equipo de profesionales que estaban recogiendo las opiniones de los familiares allí presentes. Esa información se complementó con entrevistas y ahora hay un documental cerrado. Ese complemento me parece muy importante. Estos días un periodista defendió una tesis doctoral en la Universidad del País Vasco sobre la incorporación de profesionales a la hora de emitir informes técnicos. Hay dos factores que son la clave en el reconocimiento social de los temas de la represión: la incorporación de informes forenses y el papel de los medios de comunicación, que hoy en día difunden las noticias de manera más rápida. Esos dos aspectos se han complementado en una tesis que es una realidad. Documentales como el de "Les Candases" son materiales que tienen un uso pedagógico, didáctico, que se puede usar en los colegios. En este sentido, la imagen tiene mucho peso en las historias.
- ¿Qué opinión le merece la nueva ley de Memoria Democrática?
-Ahora arranca un proceso que tendrá enmiendas que mejoren o empeoren el texto en el Parlamento. Lo que tiene que ver con las exhumaciones, la administración general del Estado se tiene que implicar más en esto, para coordinar los recursos. Hay que implicar a los laboratorios y a los profesionales (historiadores, personas que pueden recoger testimonios, los que analizan los restos y hacen las exhumaciones...). Hay que favorecer y coordinar eso. Se va a crear un censo único de desaparecidos, un mapa de fosas uniforme, un banco de datos de ADN para sumar todos los perfiles genéticos analizados por cualquier Comunidad Autónoma. Con ello, la información será más precisa.
- ¿Cuál debería ser el paso siguiente?
-Lo que falta es el reconocimiento institucional, social, de las víctimas del franquismo. A propósito de la injusticia de estos crímenes, el reconocimiento social se ha producido entre nosotros, en nuestros pueblos, en las familias. Es una verdad que está reconocida por la sociedad española, pero falta reconocimiento institucional. Muchas de las cosas que estamos haciendo, como la exhumación de Asturias de una mujer que fue arrojada por el acantilado del Cabo Peñas, la devolvió la mar a la playa y la enterraron en Bañugues es una historia real, que ocurrió. La mujer ha quedado identificada, pero además, eso hay que validarlo, que sea reconocido por el Pleno del Ayuntamiento, por las autoridades del Principado y por el gobierno de la administración central. Sería hacer lo mismo que se hizo hace unos meses cuando se publicó en el BOE la lista de los españoles que murieron en el campo de concentración de Mauthausen. Desde el instante en que se publicó en el BOE, esa lista es oficial. Nos quedan muchos actos de reconocimiento institucional que validen estas cuestiones que conocíamos de manera privada y ahora se hace pública.
