La odisea de la ganadera polesa Dolores Vigil en busca de la jubilación está a punto de terminar. Después de contar su historia en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA, su problema -no poder retirarse pero ni tampoco seguir trabajando al serle imposible tramitar una cita con la Seguridad Social- no ha tardado en solucionarse. Con una llamada logró agilizar la cita previa, que llevaba intentando obtener desde agosto. De esta manera, el próximo nueve de octubre podrá finalmente sellar el retiro y poner punto y final a una larga vida de trabajo, que ha acabado más ajetreada de lo que ella hubiera pensado.

Algo, que de momento, parece que no ha logrado el actor Antonio Resines. Este también ha recurrido a los medios para denunciar públicamente su problema a la hora de tramitar el retiro: Resines no podía acceder a una oficina en Madrid porque no lograba tener cita previa.

Algo similar a lo de esta vecina de La Cabaña (Pola de Siero), que se encontraba en un limbo legal, por culpa del atasco en la Seguridad Social, en el que no podía obtener ingresos. Le correspondía jubilarse el 31 de agosto, pero no la atendían en las líneas telefónicas para darle cita y, sin esa reserva, no le permitían el acceso a la oficina física. Lo que le planteaban era que lo resolviera por internet, pero no era capaz, a pesar de pedir ayuda a familiares.

A la par, por edad y años cotizados debería pedir una prórroga de autónomos en caso de querer seguir trabajando. Algo para lo que también necesitaba hacer trámites con una cita previa. Un atasco completo del que no conseguía salir. Sin embargo, tras contar su situación en este periódico , el problema no tardó demasiado en solucionarse. "Seguí insistiendo al día siguiente de que saliera, tratando de que me cogieran. Al final conseguí que me contestaran en uno de los teléfonos y le explique la situación al trabajador". Sabedor ya de su situación al haberla leído, consiguió arreglarlo para que pueda firmar los papeles el próximo nueve de octubre.