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La ribera de la ría de Villaviciosa, en riesgo de incendio por las fincas abandonadas

Los vecinos de Misiego piden que se obligue a los dueños de los terrenos a limpiar la maleza: "La gente con prao aquí no lo cuida"

Federico Álvarez, en Villaviciosa. | P. F.

El espacio protegido de la ría de Villaviciosa está en riesgo de incendio, según alertan los vecinos de Misiego. Álvaro Fernández Suárez critica que “hay muchas fincas sin segar y con el calor que hubo este verano, cualquier pequeño cristal puede producir un incendio”. Por ello, los vecinos piden que las administraciones competentes obliguen a los dueños de estos espacios baldíos a quitar al menos la maleza acumulada en ellos para evitar que esta reserva natural sea pasto de las llamas. Fernández Suárez supone que la dejadez en las fincas sin construir se debe precisamente a las limitaciones en este espacio protegido para poder levantar edificaciones. “La gente que tiene aquí un prao, al no poder hacer nada con él, no lo cuida. Pero los que vivimos aquí tenemos miedo porque nuestras casas están pegadas a sus fincas y si hay un incendio, peligran”, alerta.

Este vecino, que hasta hace unos días ostentaba el puesto de vicepresidente de la asociación vecinal de Misiego, espera que Villaviciosa no sea noticia como otros puntos del occidente asturiano y de Galicia, que fueron asolados por las llamas. “Lo que más nos preocupa ahora es que se mantengan limpias las fincas”, añade. A la peligrosidad de que los prados estén llenos de maleza se suma que esta zona está mal señalizada. No es la primera vez en que tienen que llamar a servicios de emergencias por otras circunstancias y éstos tardan horas en llegar al no disponer Misiego de buena señalización, ni por carretera, ni en cuanto a la numeración de las viviendas. En este último caso, fueron los propios vecinos quienes numeraron sus hogares y ahora hay números que corresponden a dos viviendas diferentes. El expresidente vecinal Federico Álvarez de la Ballina comenta que “durante el confinamiento, que la gente compraba más cosas por internet, los repartidores se perdían y tenían que preguntar dónde vivía ‘fulanito’”.

Otras de las reivindicaciones vecinales pendientes por resolver tienen que ver con el sistema de alumbrado de la zona. En este sentido, los vecinos explican que ya hay instalados postes de luz pero, sin embargo, “falta que enganchen el cable y la bombilla”. A este problema que atañe a la seguridad vial se suma que la carretera de uso principal por los residentes en Misiego es muy estrecha, lo que provoca que, si se cruzan dos vehículos en sentidos opuestos, uno de ellos tiene que dar marcha atrás varios cientos de metros para poder dejar paso. Esta situación se agravó en los últimos años con el crecimiento exponencial de vecinos, que pasaron de unos 40 a finales de la década de los 70 a más de 150 en la actualidad. Ahora, tras el confinamiento, Misiego también se ha convertido en lugar de acogida de muchos que buscan aquí su nueva residencia lejos de la urbe.

La directiva del colectivo vecinal se renueva

La asociación de vecinos y propietarios de terrenos de Misiego, una entidad fundada el 12 de octubre de 1977 (antes de la ratificación de la Constitución Española), ensalzó la labor de Federico Álvarez de la Ballina, fundador de la asociación y quien ocupó su presidencia desde entonces hasta ahora, es decir, durante 43 años. La directiva de la asociación de Misiego, “la primera asociación vecinal de la zona rural que hubo en Asturias” (en palabras de Ballina), se renovó recientemente y ahora está como presidente Alberto Pérez Robles, acompañado por Óscar García Busto como vicepresidente, Adriano Canto Pérez como secretario; Antonio Juesas Laca de tesorero; y los vocales Daniel Cifrián Calpe, Luis Javier Díaz Valdés y Ramón Fiestas Hummler. Esta nueva directiva hereda reivindicaciones vecinales que siguen sin resolver desde hace más de cuatro décadas, como la limpieza de la playa y la ausencia de socorristas, y la mejora de las infraestructuras, entre otros.

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