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La autopista quita el sueño a Lugones

Los vecinos asumen las molestias de la ampliación de la "Y", pero piden que de paso se instalen pantallas contra el creciente ruido del tráfico

María Asunción Muñiz señala las obras desde la ventana de su piso en Lugones A. I.

Las obras del tercer de la autovía "Y" quitan el sueño a los vecinos de los bloques de pisos y casas de Lugones (Siero) ubicados a pocos metros de la zona y la maquinaria. La mayoría asumen que "es algo que hay que hacer" y relativizan la molestia, especialmente comparándola con el ruido que genera la propia autovía. Tras décadas viviendo con el engorro del "sonido de los vehículos a todas horas" piden que, aprovechando el final de la construcción del tercer carril, se pongan pantallas protectoras. En todo caso, aunque la mayoría no se muestran muy beligerante, la situación de María Asunción Muñiz es algo desesperante.

Ella tiene un hijo con discapacidad intelectual y asmático. "El ruido le molesta mucho, me dice que si puedo hacer algo para que pare". Por las noches les incordian los vehículos que pasan y, a las ocho de la mañana, el inicio de los trabajos diarios. "Ponen el martillo neumático, la excavadora y se hace insoportable", relata. Al tiempo, el suelo comienza a temblar como efecto de que una de las máquinas perfora en el terreno.

Su domicilio se encuentra en el tercer piso de uno de los bloques de edificios con vistas a los trabajos. El polvo se acumula en pocas horas en su ventana complicando las molestias respiratorias del hijo de Muñiz. "Tiene asma y se agrava con todos los restos que levanta la obra", lamenta la madre.

Ella recuerda que las casas "estaban ahí antes que la autovía". Motivo que esgrime para defender que se debe "priorizar la salud y el descanso de los vecinos". Pero no solo pide las pantallas aislantes del ruido, que también solicitan el resto de los residentes, sino "políticas orientadas a reducir el tráfico por la autovía, estimulando el uso de transporte público, ahora mismo muy pobre".

El caso de Muñiz es dramático, no así tanto el de otros vecinos, que simplemente se muestran resignados o piden pequeñas actuaciones para tratar de reducir el ruido. Por ejemplo, José Antonio Norniella, otro residente en la zona, apunta que vivió la construcción de la autovía. "Aquello fue mucho más complicado porque tenía un bebé de pocos meses Esto es algo que tenemos que soportar, el progreso conlleva molestias", resume.

En un punto intermedio se sitúa Antonio Rivero. Él considera más molesto el ruido de la autovía que el de las propias obras. "Necesitamos que nos pongan pantallas aislantes. Es considerablemente peor el ruido de los vehículos todo el día que el de la obra, que de noche para y va a durar unos meses". En ese mismo punto se encuentra Ángel Álvarez. Considera que la obra es "necesaria" y por ello los vecinos deben "ser comprensivos".

Las obras del tercer carril de la "Y" entre Lugones (Siero) y Matalablima (Oviedo) no serán precisamente cuestión de pocos días, sino que tienen un plazo de ejecución de tres años desde su inicio el pasado junio. Las actuaciones previas se iniciaron en el mes de diciembre, con un estudio del terreno. Una vez concluido e iniciada la obra, los trabajos consistirán en la ampliación de las calzadas de la autopista A-66 entre los enlaces de Lugones y de Matalablima, mediante la construcción de un tercer carril, ocupando parte de la mediana, que tiene 6 metros de anchura.

Asimismo, está prevista la remodelación de los enlaces de Lugones, Paredes y Matalablima, incorporando vías colectoras y carriles de trenzado que, según el Ministerio de Fomento, mejorarán la fluidez e incrementarán el servicio del tramo por el que, se estima, pasan 54.000 vehículos diarios.

El proyecto, por otro lado, incluye que la nueva calzada sea, como las ya existentes, de hormigón armado, pero será cubierta por una capa de pavimento fonoabsorbente que permitirá reducir el impacto acústico hasta en un 75 por ciento.

Aunque el coste inicial del hormigón armado es más alto que el del aglomerado asfáltico, los expertos subrayan que su mayor durabilidad y menor mantenimiento lo convierten a la larga en una solución más económica. La "Y", espina dorsal de las comunicaciones del centro de Asturias, fue la primera vía de España y de las primeras de Europa que se construyeron con hormigón armado.

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