Volvió el bullicio de los domingos a la villa moscona. El mercado tradicional de Grado regresó ayer con la totalidad de los puestos desde el pasado mes de marzo, cuando comenzó la pandemia. Casi seis meses después lo hizo con muchos visitantes y gran ambiente en las calles ya que, para cumplir con las distancias de seguridad sanitaria, se ha extendido por la zona alta de la villa. "Volvemos con mucha alegría y ganas, el mercado de Grado no se puede perder porque Grado es Grado, no hay otro igual", dijo el joven Rafael Jiménez en su puesto de venta.

Hubo gente, pero las transacciones anduvieron flojas en el sentir general de los vendedores, que esperan ir animando cuando moscones y visitantes se vayan acostumbrando a la nueva organización. "Pienso que hay que ir dando tiempo a la gente hasta que se familiarice con la distribución de los puestos, es el primer día y tenemos que ver los próximos domingos", señaló Emiliano Jiménez, de Grado, en su nueva zona de venta en la calle Asturias.

La desescalada posconfinamiento reactivó el mercado moscón, que fue integrando poco a poco los puestos según la normativa de aforo, pero la disconformidad de los vendedores de textil, calzado y complementos por la organización del espacio que planteó el Ayuntamiento desembocó el pasado mes de julio en una negociación que ha dado forma a la actual ordenación mercadera, aún con algunos implicados en desacuerdo como el PP y el colectivo de comerciantes locales "Agora Grao".

Con la distribución realizada que consigue ubicar a todos los puestos habituales en la villa, el mercado -uno de los más antiguos y populares de Asturias- se puede comenzar en el parque San Antonio o por la calle Asturias. Desde el también conocido como parque de Abajo, en dirección a la calle Manuel Pedregal, se encuentran puestos del sector textil. "Había muchas ganas de volver porque estuvimos 3 meses sin mercados y otros 3 sin los domingos, el consumo bajó porque lo está haciendo en general por la incertidumbre, pero habrá que ir viendo", comentó allí el vendedor Santiago Adánez.

En la plaza General Pontelos están vendedores agroalimentario. Ellos, muy contentos con la nueva distribución del mercado.

También en las plazas de Álvaro González y La Blanca hay más producto de la tierra. "Muy contenta", afirmó la zabarcera Miriam Fernández. "La gente no se mete a la plaza, deberían plantear un circuito que siga el visitante", apreció Cesáreo García en La Blanca. El flujo llevaba a los transeúntes de frente hacia la calle Cimadevilla, donde hay más ropa y calzado. Allí, algunos lamentan haber cambiado su sitio habitual y dicen que deben modificar las estructuras de los puestos para cumplir las distancias y poder almacenar las cajas: "No cogemos bien", indicó Adelina Gabarri.

Son detalles que advirtieron en la primera jornada mercadera con la totalidad de los puestos habituales que, según ha informado el grupo de negociación formado por la Corporación municipal, vendedores y comercio local, se podrá ir adaptando.

El final, o principio, del mercado se encara hacia la calle Asturias, donde se extienden puestos de textil y es una zona con muchos negocios comerciales y hosteleros. "Estamos muy contentos de volver, nos movemos desde Cimadevilla pero habrá que ir acostumbrándose, la gente nos da la bienvenida y al ser la novedad hay ambiente", comentó Ricardo Barrul. Parece que el mercado tradicional moscón, de origen medieval, retoma el pulso. Hay muchas ganas. "Yo creo que va a levantar", concluye el vendedor Gregorio Amador con optimismo.