Los vecinos de varias zonas de la parroquia de Muñó urgen el arreglo inmediato de uno de los caminos principales del área, el que va de Barbales a La Rescuarta. Su pésimo estado a raíz de los temporales de lluvia impide que los vecinos puedan acceder a sus casas y fincas, atravesarlo con el ganado o incluso pasar con sus tractores para recoger agua de un manantial. Lo cuentan apenados más de una decena de residentes en el lugar, que llevan solicitando su arreglo desde 2016, aunque los mayores desperfectos se ocasionaron en 2018.

Así lo relatan Vidal González, Alfonso Fano o el antiguo alcalde de barrio, Juan Alonso, entre otros. González, de 53 años, vive ahora en Pola de Siero, pero nació junto a ese paso. El que lleva de Barbales a La Rescuarta y ahora "está intransitable".

Para él, el mayor inconveniente es que "no se puede llegar al manantial, de donde se coge el agua para el ganado, con tractor. Tampoco podemos subir a las fincas de eucaliptos a por madera y otros vecinos, casi todos mayores y con achaques, no pueden subir a su ganado o acceder a sus terrenos por ahí", añade.

La única opción que les queda es "dar un rodeo de kilómetros por Muñó", denuncia Fano, que tiene una finca en la zona. Él tiene 67 años, lleva toda la vida allí y recuerda que siempre fue "sitio de paso de ganado, tractores, vecinos y ciclistas". Ahora es imposible, los profundos hoyos provocados por el agua impiden el normal tránsito, difícil incluso a pie.

El recorrido tiene una longitud de 1.300 metros, pero solo se solicita la reparación de la zona más dañada. Aproximadamente unos 220 metros. Lo mismo que se comenzó a pedir en el año 2016. Entonces, Alonso, además de reclamar agua para toda la zona -hay áreas que siguen sin abastecimiento-, urgió el rebacheo del camino. Dos años después, en 2018, "una tormenta originó importantes daños", relatan. En septiembre de ese mismo año, un grupo de vecinos solicitó por registro el arreglo de la parte afectada. A la par, Alonso también insistió en el rebacheo del camino completo, "ya que hay personas que solo pueden llegar a casa en todoterreno".

Se sucedieron varias reuniones y conversaciones con el Gobierno socialista y, en 2019, la reparación "parecía que iba a poder completarse". La solución no acabó de concretarse y, en agosto de 2020, un incendio en las proximidades alertó a los vecinos del peligro de no contar con un camino asfaltado, "que podría haber servido como cortafuegos". Desde entonces, a pesar de las intentonas de contacto, "no hubo forma de que acabaran de intervenir".

El grupo de vecinos recalca que no busca "ningún enfrentamiento con el Ayuntamiento". Entienden que su reclamación es legítima y recalcan que estarían "muy agradecidos" de que se pudiera hacer realidad a la mayor brevedad. Incluso se ofrecen a encargarse ellos mismos si ponen a su disposición las cubas de hormigón.

Algo que sería "un sueño cumplido" para los residentes de los pequeños núcleos de las parroquias de Muñó. Quieren volver a ver pasar con sus vacas, con los tractores y recuperar un trayecto tradicional que les facilitaba la vida.