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El carpintero de los seis alcaldes se va: "No tengo madera de político"

José Luis de Lucas se retira del Ayuntamiento de Siero tras 19 años y defiende a los funcionarios: "Son muy trabajadores"

Por la izquierda, José Luis de Lucas y Ángel García. R. A. I.

El reloj no marca ni las seis de la madrugada cuando José Luis de Lucas Roiz -más conocido como Lucas- se despierta y con las primeras luces observa el Urriellu desde su casa en su Panes natal (Peñamellera Baja). Hace apenas cuatro días que se jubiló como carpintero y los recuerdos aún están frescos. Trabajó para el Ayuntamiento de Gijón, para el Principado y finalmente, durante 19 años, en el Ayuntamiento de Siero. Una experiencia de la que guarda un gran recuerdo, sobre todo "los compañeros", a los que defiende: "Son gente muy trabajadora, no puede ser que por cuatro que no se empeñan tanto se dude de su entrega".

Su trayecto vital comienza en Panes, donde vivió hasta que a los 28 años se fue a dar formación a los jóvenes en el Ayuntamiento de Gijón. Tras pasar por el Principado tiempo después, desembarcó en Pola de Siero, donde junto a sus alumnos rehabilitó el palacio Marqués de Santa Cruz.

De ahí, al Ayuntamiento. "Me costó un poco. Estaba acostumbrado a mis programaciones. Tuve la suerte de que los arquitectos, el técnico y los jefes de servicio confiaron mucho en mi", recuerda.

En esos 19 años forjó grandes amistades, "lo más importante para mí, además de trabajos de reforma, como el kiosco de la música". Algunos de sus compañeros incluso van a verle ahora a Panes "y me acompañan en el montañismo". Práctica que de Lucas inició a los 61 años. "Ahora tengo 63, lo pillé un poco tarde", ríe.

Si con los compañeros funcionarios entabló una relación muy cercana, no tanto con los alcaldes. "Vi pasar a seis y con la mayoría no tenía relación. Me quedaría con Eduardo Llosa, que me ayudó en un tema personal y con Cepi (Ángel García)".

Del actual regidor guarda un bonito recuerdo reciente. Cuando le llamó a su despacho. "Pensaba que sería para echarme la bronca y me sorprendió que fuera para darme las gracias por mi trabajo. Aunque es lo que tengo que hacer, ese gesto me gustó mucho". De hecho, pide que estas líneas de su historia vayan acompañadas de una foto con García.

Aunque siempre estuvo rondando por ayuntamientos, reconoce que no se ve como político. "No tengo madera (ríe). Implica sacrificar mucho de lo personal". Para de Lucas, ahora jubilado, la familia es algo "fundamental". Tiene tres hijos y vive junto a su esposa, padres y nieto en la localidad que le vio nacer. Está tranquilo y feliz, pero reconoce que los dos días antes de la jubilación no cogía el sueño: "Me asustaba esto de romper una vida de 43 años para hacer otra".

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