La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los afectados, tras la odisea de 17 años para legalizar el Samoa: "Es un alivio"

Los empresarios de la icónica plaza de El Berrón reconocen que pasaron "incertidumbre" y agradecen al Ayuntamiento su ayuda

El complejo del Samoa en la localidad de El Berrón (Siero). A. I.

Detrás del interminable expediente de 17 años para legalizar las viviendas, el hotel, el garaje y la plaza que componen el conjunto del Samoa, en El Berrón, hay historias de "desesperación" e "incertidumbre". Especialmente las de dos empresarios, Serrano García y Rubén Paredes. El primero tenía un bajo para montar su clínica veterinaria; el segundo, adquirió el hotel que domina la plaza. La ejecución ilegal del constructor les complicó sus expectativas de negocio, pero el jueves, por fin, se dio por finalizado el expediente y todo se ha regularizado: "Nos sentimos realmente aliviados".

García recuerda que compró el bajo en 2015 y tenía todo listo para reformarlo. Iba a suponer la ampliación de su clínica veterinaria, pero de repente se dio cuenta de que no podía hacer la obra. "La constructora del bloque y la plaza quebró dejando este espacio sin que cumpliera la normativa legal".

Ya había contratado empleados y no le quedó otra que "despedirlos". Todo quedó en veremos, hasta que tomó las riendas. "Compré la planta de arriba e hice las plazas de garaje que faltaban por ley". Así resolvió una parte del problema.

Los vecinos también tenían que pagar una serie de tributos y finalmente los convenció para que lo hicieran. "En todo este proceso tuve la gran suerte de que el jefe de Urbanismo y en general todo el Ayuntamiento nos guió y puso empeño en resolver el problema".

Ahora, cinco años después de encontrarse de frente con un problema de difícil solución, su clínica veterinaria ya está abierta y funcionando. García fue una de las grandes víctimas de este atasco urbanístico, pero no el único. Rubén Paredes, empresario de la electricidad, compró hace tres años el hotel que daba nombre al lugar. "Estaba completamente destrozado, fue una gran inversión rehabilitarlo y sobre todo quitarle la fama".

A esto se sumó el problema con la legalización del complejo. "Siempre tuve confianza en que se acabaría solucionando. Eso sí, hubo que poner mucho dinero para ello y hacer las cosas bien. Hay que decir que el Ayuntamiento siempre puso voluntad y ayudó", subraya.

El hotelero lo celebra, "la incertidumbre quedó atrás" y el establecimiento registra buenas cifras. "En los meses de verano estuvimos al setenta por ciento, que es un porcentaje muy bueno viendo que dejaron de venir grupos", concluye Paredes, que mira al futuro con optimismo.

Compartir el artículo

stats