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El avispón arrasa todo un viñedo en Candamo: "Fue bestial"

La velutina chupa las uvas de trescientas cepas, dejándolas secas "para sacarles el jugo con todos los azúcares"

Manuel Ángel López, propietario del viñedo, muestra el estado de las uvas en la única cepa que no fue arrasada por completo: las marrones están secas. S. ARIAS

Devastados. Así están los viñedos de Manuel Ángel López debido al impacto de la avispa asiática, que se comió todas las uvas de la variedad albarín blanco que cultiva en Santoseso (Candamo). Los racimos están completamente secos y sólo quedan algunas uvas enteras en un par de viñas. "El año pasado algo llevó pero este año fue bestial y eso que puse trampas y probé todos los remedios posibles pero fue horrible, están arrasadas", comenta.

Las avispas asiáticas, también conocidas como vespa velutina, atacaron las vides de López a partir de mediados de agosto, cuando las uvas estaban cogiendo alcohol y se pusieron más dulces con el buen tiempo y el sol. "Chupan la uva para sacarle el jugo con todos los azúcares", detalla. Y esos pinchazos para comer son visibles a la vista en cada fruta. Sólo dejaron una viña libre, la que según López sospecha que estaba más ácida y no gustó a los insectos invasores. "De 300 debieron de dejar una o dos como mucho", comenta.

Dejan las uvas sin jugo dentro y éstas se secan, impidiendo el inicio de la vendimia en octubre porque no hay nada que cosechar. Y eso que las asociación antivelutina de la zona trabajan a destajo para eliminar nidos y acabar con las reinas, destaca López, implicado en la batalla contra la avispa asiática. "En las zona vinícolas que se pongan en lo peor porque parece que no hay forma de controlarlas", advierte. El año que viene, se plantea la posibilidad de embolsar cada racimo para que no se coman las uvas.

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