Juan Manuel Hevia Fisas ofició ayer su última misa en la parroquia de Pola de Siero antes de partir a su nuevo destino, no muy lejano, Colloto. Ayer se despidió de los fieles de la capital de Siero y también recibió un homenaje por parte de las autoridades municipales, que le entregaron una placa en reconocimiento a su labor.

A la iglesia acudieron el alcalde, Ángel García, y los ediles Jesús Abad y Ana Rosa Nosti. Estos quisieron mostrar su cariño al párroco, que llevaba en Pola de Siero algo más de tres años.

Posteriormente, Hevia ofició su última misa, en la que se despidió de los fieles de la localidad, muchos de ellos defensores de su continuidad. Sin embargo, el Arzobispo Jesús Sanz optó por desplazarle a Colloto, algo que no gustó a los jóvenes de la comunidad religiosa, muy vinculados al cura, con el que habían desarrollado un numeroso grupo de participación juvenil.

Ahora le llega el turno a su sustituto, el misionero Fermín Riaño, natural de Avilés, que regresa a Asturias después de tres décadas en el sudeste asiático. Un cambio notable en la parroquia, a la que Riaño tratará de llevar todo el aprendizaje adquirido en la misión en Udon Thani (Tailandia).

De esta manera se cierra una etapa para la comunidad religiosa de la capital del concejo, en un año aciago por la pandemia mundial, que obligó a un aforo reducido en las últimas misas oficiadas por Hevia. En los próximos días llegará su relevo, que se enfrentará al mismo panorama complicado, a raíz del covid-19.