El Ecce Homo de 2020 en Noreña, el de la pandemia, ya es historia. El balance de hosteleros y comerciantes es positivo, a pesar de las circunstancias. Los bares y restaurantes, según explica la Asociación de Hostelería, han visto muy menguadas sus ventas respecto a otros años, pero han superado las expectativas que tenían, a tenor de las circunstancias. "Fue mejor de lo esperado, como un buen fin de semana", subraya su presidenta, Maite Martínez. Por su parte, el representante del colectivo de comerciantes, Marco Casas, apunta que: "En el caso de mi tienda, las ventas se han mantenido iguales que otros años por estas fechas".
Martínez explica que pensaban que la pandemia iba a reducir mucho más sus opciones de negocio: "Éramos pesimistas y la verdad es que, aunque durante las noches no se pudo aprovechar, otros años con las barras teníamos mucho más margen, durante el día, con la gente local, sí que tuvimos buen rendimiento".
La representante de los hosteleros indica que no acudió gente de fuera "como otros años", pero "la gran cantidad de actividades programadas, casi como un Ecce Homo normal, sí que animaron a los noreñenses a salir".
Coincide con ella Liti Baragaño, propietario de uno de los bares con licencia nocturna. "Para mí ha sido muy bueno. Tenemos el handicap de cerrar a la una, pero es cierto que cuando hay verbenas la gente está en las orquestas", relata.
En su establecimiento, El Retiro, pudieron incluso mantener una de las tradiciones principales del Ecce Homo. "El sábado celebramos el gochu comiendo en mesas de diez y además noté que el lunes vino gente de la Pola a pasar la tarde", concluye Baragaño, que resalta el "civismo" con el que se desarrollaron las fiestas.
El comercio también está satisfecho con estos últimos días. Marco Casas indica que, en su carnicería, "las ventas se mantuvieron e incluso se nota que la gente se animó a celebrar en casa, a la vista del aumento en solicitud de algunos productos concretos".
