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El covid ahuyenta al peregrino extranjero y el español se adueña del Camino Primitivo

"Echamos en falta a los foráneos", señalan los titulares de albergues en Grado, Las Regueras y Salas, que constatan un bajón en septiembre

Celestino Morán, en Salas, ante su taxi. SARA ARIAS

La caída de peregrinos extranjeros se notó este verano en el Camino Primitivo (Oviedo-Las Regueras, Grado-Salas-Tineo-Allande y Grandas de Salime) a Santiago de Compostela, una de las rutas xacobeas más desconocidas pero que también más gente ha atraído en los últimos años.

Sólo se salva el mes de agosto, con gran afluencia de caminantes nacionales que han ayudado a compensar las pérdidas ante la falta de peregrinos internacionales, la principal masa que recorre el citado camino. Así lo observan en los albergues privados, ya que este año la mayoría de los establecimientos públicos han permanecido cerrados debido a la pandemia del covid-19. Unos empresarios que ven con incertidumbre el 2021, Año Jacobeo, si no sale adelante la vacuna o se controla la pandemias.

"Abrimos en julio el albergue y fue bastante flojo, empezó a moverse algo a partir del día de Santiago, pero ha habido poquísimos peregrinos", señala Tatiana Arango, propietaria de Villa Palatina en Paladín (Las Regueras). Ni un alemán pasó por allí pese a que, en 2019, fue el grupo más numeroso de caminantes. Tampoco los italianos, que copan las reservas con los españoles en agosto, aparecieron por el Camino.

La cosa funcionó hasta mediados de agosto gracias al peregrino nacional, sobre todo con origen en Andalucía, detalla Arango. Unos caminantes que llegaron, principalmente en grupos familiares o de amigos y mucho "turigrino" (turistas que hacen algún tramo pero su prioridad es conocer y hacer turismo).

Y es que los turistas nacionales han sido los que más se han alojado en los albergues. Así lo advierte Patricia Barbi, dueña de Casa Sueño en Salas. "Ha sido un buen verano para el turismo en Asturias en general pero no han sido los peregrinos los que más han venido, echamos en falta a los extranjeros", señala.

En su caso, apunta que será complicado equilibrar gastos tras el cierre decretado durante el confinamiento, al que se añade un verano muy bajo en pernoctaciones peregrinas. "Va a ir muy justo y ahora ya no se mueve nada, la gente sigue sin salir y hay mucha incertidumbre", dice Barbi.

Algo mejor le fue a Lorena Rodríguez en su albergue La Quintana de Grado, por donde ha contabilizado el paso de 4.000 personas en julio y agosto. Tal cifra, buena, la achaca a que los tres albergues privados que hay en el concejo han permanecido cerrados.

"Parece un número elevado para cómo han sido estos meses, pero sin el albergue de la villa ni el de San Juan o Cabruñana se concentraron aquí y en los hoteles", comenta.

En su negocio también advirtió una bajada drástica del peregrino extranjero y un aumento de los nacionales. Además, desde mediados de septiembre el paso de caminantes se ha reducido considerablemente pese a que los albergues suelen recibir peregrinos hasta bien entrado el otoño. "Estamos contentos dentro de lo que cabe porque esperábamos algo mucho peor".

Esa falta de peregrinos al final del verano y comienzos del otoño, en una época más fresca para recorrer la ruta Primitiva, está lastrando los negocios jacobeos. Y temen que la situación continúe en 2021, que es Año Jacobeo. "Hay mucha incertidumbre económica y no sabemos cómo va a ir todo, si tendremos que convivir con el coronavirus o habrá vacuna, así que iremos viendo semana a semana", dice Arango.

Los tres negocios comenzaron su andadura en los últimos años, con grandes inversiones ejecutadas, por lo que la crisis del covid-19 les pone contra las cuerdas. A falta de peregrinos, han conseguido empatar con los turistas nacionales que eligieron Asturias como destino predilecto el pasado verano.

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