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Fomentar el pastoreo, clave para una mejor biodiversidad, según los estudios del Serida

"Hay un proceso de simplificación del paisaje, de empobrecimiento", apunta Rocío Rosa García

Rocío Rosa García. P. FERNÁNDEZ

Investigadores del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), con sede en Villaviciosa, apuestan por que las administraciones fomenten el pastoreo en zonas de alta montaña para así mejorar la biodiversidad de estas zonas que, en los últimos 40 años han sufrido un rápido cambio a peor en cuanto a calidad de la vegetación se refiere.

Rocío Rosa García, una de las investigadoras del área de nutrición, pastos y forrajes del Serida, que participan en un estudio sobre la influencia del ganado en estos ecosistemas, explica que "en el momento en que desaparecen los rebaños trashumantes se van incrementando nuevas manchas y se van uniendo. Antes había una matriz de prado y había manchas forestales y de matorral, más pequeñas y de otra composición. Antes estaban más limpias porque había animales entre ellas y ahora son prácticamente intransitables. Hemos visto un proceso de simplificación del paisaje, de empobrecimiento de la biodiversidad, que es de menor calidad nutritiva para el ganado".

Y es que, al no haber tantas cabezas de ganado pastando en zonas de montaña, estos espacios están siendo tomados por bosques que corren el riesgo además de ser pasto de las llamas. "Esas grandes masas forestales tienen un potencial de captura de carbono limitado, y si no hay una gestión de cortafuegos correcta, si hay un incendio, en dos minutos se acaba. Están en una situación de bastante vulnerabilidad", argumenta Rosa García. La homogeneización del terreno también es perjudicial, entre otras cuestiones, en tema de plagas. Al no existir diferentes tipos de vegetación, las plagas campan a sus anchas sin que exista un freno natural en el terreno.

Rosa García considera que las administraciones deben actuar rápido porque la naturaleza está en continua evolución. Así las cosas, aboga por gestiones del territorio que impliquen la creación de paisajes mosaico en los que se conjugue la presencia de pastos, pero también de matorrales y de bosques. Es decir, retroceder en ese sentido varios siglos atrás pero con las tecnologías actuales que, en mayor o menor medida, pueden ayudar en esta labor ganadera que alcanza otros ámbitos de la sociedad. De hecho, el disponer de unos paisajes heterogéneos, sobre todo en la alta montaña, sería también contar con un escudo natural que protege la salud de los animales y también de los vecinos a la par que mejora la biodiversidad del entorno.

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