Hay miedo a estar en el interior de los bares, cafeterías y restaurantes por el covid-19, pero también lo hay a la crisis económica. Y donde primero se nota es en el consumo. Los clientes procuran gastar poco y retener ingresos para encarar la incertidumbre de los próximos meses en plena segunda ola del virus. "Se nota mucho en los partidos de fútbol, antes se tomaban tres o cuatro cervezas y ahora una por cada tiempo", comenta Javier Díaz, hostelero de Pola de Siero. Y también se nota en los cafés. Muchos han dejado de hacer la parada habitual a media mañana para el café y otros renuncian al pincho. Entre 2 y 3 euros de ahorro al día. Tampoco funcionan bien las tardes y en las tertulias ya no se sirven tantos cafés e infusiones como antes. "La barra se mueve mejor por las mañanas porque las tardes son mucho más tranquilas", dice Jorge Berdasco.