"Estamos peor que en el confinamiento, es un desastre, el sistema semipresencial no funciona". Los padres de los alumnos del IES Astures de Lugones están hartos y lo expresaron ayer en una concentración delante del centro educativo, con asistencia de representantes del PP de Siero. Dado que el centro no tiene espacio suficiente para que todos los alumnos puedan acudir a las clases presenciales, los cursos de 3º y 4º de la ESO, además de 1º de Bachillerato, están acudiendo a las aulas "sólo dos o tres veces por semana, sin opción tampoco de clases online, solo con algunos ejercicios que les mandan por la plataforma".
La directiva del centro advirtió de este problema en el mes de julio y los padres plantearon a Educación que se solicitara al Ayuntamiento la cesión de edificios municipales -preferentemente del nuevo centro Polivalente, que está frente al instituto y no está siendo utilizado-, para poder acoger a los 900 estudiantes. No hubo respuesta y la Consejería de Educación optó por la semipresencialidad, dejando a más de 200 estudiantes a tiempo parcial. Un situación que no agrada ni a progenitores ni a los propios alumnos, que dicen "jugarse la nota para entrar en la carrera", pero ven como no tienen opción de "una formación de calidad".
Lo explicaba Basilisa Riera, una de las madres afectadas. Su hijo "está en casa estresado, viendo como no puede enterarse de nada hasta el día que le toca ir a clase". Esos días son pocos, apostillaba Graciela Velasco: "Los he contado, este mes mi hija tiene 11 días de clase y el siguiente sólo 9".
Unos números que sorprendieron al concejal del PP, Hugo Nava, también molesto porque no se estén dando clases telemáticas. A su juicio, los alumnos del centro "están en una clara desventaja con los del resto de Asturias, que sí tienen clases normales". El edil coincide con los padres en ver la cesión de edificios municipales como la mejor solución. Eso sí, aunque el gobierno municipal no se oponga -en principio no habría problema-, Educación tendría que dar el visto bueno y, al menos, durante el verano, se mostró reticente a que se den clases fuera de las instalaciones de su competencia.
Entretanto, quienes más lo padecen son los jóvenes, como Raquel Milán, estudiante de primero de bachillerato, que no comprende "por qué se ha optado por dar presenciales las clases de primero y segundo de ESO, cuando nosotros nos jugamos la nota". Ella ve como este sistema "complica" sus opciones de estudiar Odontología.
