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El desarrollo del Águila Negra se enfría, con la urbanización y la venta paralizadas

La comercialización del edificio histórico del polígono de Colloto sigue sin concretarse y las obras que restan en el exterior no tienen todavía plazo

Aspecto actual del edificio histórico del Águila Negra, en Colloto. A. I.

Las instalaciones de la antigua cervecera Águila Negra de Colloto no acaban de arrancar. Las obras de las parcelas exteriores, que estaba previsto iniciar tras la conclusión de la reforma del edificio histórico, están congeladas. La comercialización de la nave principal tampoco termina de cerrarse, lo que obstaculiza la actuación en el interior del pabellón principal, que se quiere adaptar a las necesidades de la empresa que lo adquiera. El optimismo que reinaba antes de que comenzara la crisis sanitaria del coronavirus se ha diluido: las circunstancias no favorecen la venta y, aunque también había interés en algunas parcelas exteriores, su urbanización no tiene fecha.

Una vez restaurado el exterior del edificio histórico, se confiaba en acelerar la comercialización de las instalaciones a alguna empresa, para reformar a continuación el interior de modo que se adaptase a las necesidades de la firma que la adquiriese. La propiedad tenía confianza en que la llegada de otras compañías a la zona -como el caso de la cervecera Lions Beer- estimulara el interés por el área industrial.

A pesar de las numerosas llamadas consultando por el suelo disponible -además del edificio histórico se urbanizarán varias parcelas aledañas-, todavía no hay nada vendido. No obstante, las expectativas más optimistas hablan de tratar de dar salida al edificio histórico "antes de que acabe 2020". Un año más tarde de lo que se pensaba inicialmente, pues por las mismas fechas de 2019 se esperaba que apareciera un comprador antes del inicio de este año. No ha sucedido y esto bloquea la actuación necesaria en el interior de la nave.

La noticia positiva de los últimos meses es la conclusión de la restauración exterior. Una obra que se había alargado de manera reiterada y que tardó mucho en iniciarse. Fue en 2018 cuando, tras años de paralización y desuso del edificio, la justicia obligó a la propiedad a ejecutar los trabajos de restauración.

Este gran paso ya se ha dado, pero aún queda por adaptar el interior para darle una utilidad al espacio. Los propietarios llevan tiempo buscando comprador para el edifico, así como para el resto de parcelas del complejo.

Un proceso complicado que estaba a punto de concretarse cuando se desató la crisis sanitaria. Según ha podido saber este periódico, había empresas tecnológicas interesadas en adquirir la totalidad del edificio histórico para poner sus oficinas. Asimismo, empresarios de diversos sectores, incluidos hosteleros y hoteleros, también habían manifestado interés por las otras parcelas del complejo de Colloto.

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