Se conocieron trabajando en Madrid, pero, en cuanto hubo una oportunidad laboral, eligieron Llanera para establecerse de manera definitiva.
"Pedro tuvo la posibilidad de venir a trabajar y, aunque yo no era de aquí, siempre me he sentido como en casa, es un lugar con mucha calidad de vida, con buenos servicios. Además de todo, es un lugar con gente muy acogedora, integradora. Aquí siempre me sentí como en casa", cuenta Isabel, que actualmente reside con su marido en Posada.
Por motivos laborales y por la valoración de aspectos como los servicios municipales, Rocío García, natural de Piedeloro (Carreño), decidió al casarse que la mejor opción era fijar la residencia en en el concejo de Siero, de donde era natural su actual cónyuge.
"Vine a vivir porque hay más posibilidades de empleo. Es cierto que mi marido ya era de Siero, pero en esta zona hay más trabajo que en Carreño. Estuve en una peluquería nueve años y hace dos me cambié a otra. También es cierto que hay buena calidad de vida en la Pola y que existen más servicios que en Carreño. Tienes de todo", concluye esta joven.