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Puerta entreabierta en la Villa Condal

El Consistorio, vacío por el positivo de la Alcaldesa, no permite el acceso sin cita y ayer abrió con 3 empleados: "La situación no es fácil"

Una vecina, ayer, a las puertas del Ayuntamiento de Noreña. P. F.

Mesas vacías, ordenadores apagados, mostradores sin personal y la puerta entreabierta. Esta era la realidad ayer en el Ayuntamiento de Noreña, tras el confinamiento de casi la totalidad de la plantilla por el positivo en coronavirus de la alcaldesa, Amparo Antuña. El Consistorio de la Villa Condal se convirtió en una especie de búnker al que solo puede acceder quien tenga cita previa, solicitada de antemano por vía telefónica o enviando un correo electrónico. Así las cosas, hubo algún que otro despistado que quiso hacer consultas sobre algún servicio municipal y se fue para casa como salió: de vacío.

Es el caso de una vecina que se acercó a la Casa Consistorial y lo primero que le sorprendió fue ver la puerta entreabierta. Sobre la misma, un cartel indicaba que tenía que esperar en el exterior a ser atendida. Y así lo hizo. Su consulta era meramente informativa. "Solo quiero saber si va a haber servicio de recogida de muebles para sacar unas cosas que tengo en casa", comentaba la mujer.

Sin embargo, obtuvo como respuesta de una funcionaria que llamase la semana que viene para resolver su duda. Y es que la situación para los tres trabajadores que permanecían dentro del eficio del Ayuntamiento no está siendo fácil.

Más de una veintena de sus compañeros -27 con la Alcaldesa según detallan fuentes municipales- están teletrabajando desde sus casas porque la empresade riesgos laborales determinó que todos habían sido contactos estrechos de Amparo Antuña, aunque desde el equipo de gobierno discrepan de esta decisión. "Es una negligencia porque se están dejando unos servicios públicos esenciales sin personal", comentaba la edil Ana González Colunga, quien ayer también estaba confinada. "Nos dijeron que tenemos que estar en casa 10 días desde que tuvimos el último contacto con Amparo, pero no nos hablaron de hacer PCR ni nada", comentó. No obstante, concretó que los servicios municipales están funcionando con normalidad, ya que los empleados municipales estaban teletrabajando y "ninguno tiene síntomas de ningún tipo", añadió.

A pocos metros del Ayuntamiento, la Policía Local, cerrada a cal y canto. Los tres agentes municipales también permanecen confinados hasta nueva orden. Precisamente uno de ellos, Raimundo García, más conocido con el sobrenombre de "poli marchoso de Noreña" por sus mensajes de ánimo durante el confinamiento de la pasada primavera, está viviendo ahora la situación desde el otro lado de la barrera. Entre marzo y mayo él era de los pocos que podía salir a la calle -obviamente por motivos laborales- y con ello animaba a niños y no tan niños con sus cartas de Pikachu y otros seres animados. Ahora, él es quien debe autoanimarse para sobrellevar el confinamiento. Con la Policía Local fuera de servicio, la Guardia Civil tuvo ayer que dar el do de pecho para suplir la ausencia del cuerpo local.

En su caso, González comentó que "la Guardia Civil fue a la entrada de los colegios a controlar el tráfico y todo salió bien". Esta situación previsiblemente vuelva a la normalidad en pocos días, sostienen desde el Consistorio.

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