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Grado urge un nuevo plan urbano para dar un impulso a la edificación en la villa

El concejo también quiere favorecer el desarrollo de unifamiliares en la zona rural: “Hay demanda, se está rehabilitando mucho”, dice el alcalde

Construcción de chalets adosados en la zona del IES Ramón Areces y el cementerio municipal, en Grado. | S. Arias

Reducir el tamaño de las unidades de actuación urbanística en la villa y también favorecer la construcción de más vivienda unifamiliar en la zona rural del concejo. Es el objetivo que persigue el equipo de gobierno de IU en Grado, que ha pedido apoyo a la viceconsejería de Infraestructuras del Principado para redactar un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que permita cumplir esa doble necesidad: atender la demanda existente en los pueblos del concejo y favorecer el impulso a las promociones en las zonas más urbanas permitiendo desarrollos “más pequeños” que los establecidos actualmente.

“Se trata de impulsar un nuevo planeamiento que atienda la demanda actual de vivienda y que pueda ser realizable al minimizar las unidades de actuación, que son muy grandes, y así favorecer el impulso a la construcción”, señala el alcalde, José Luis Trabanco.

Según el plan de ordenación vigente, Grado tiene capacidad para la construcción de 3.190 viviendas en varios sectores como La Troncada, San Pelayo, La Portiella, Los Niserinos o el área entre la zona deportiva y el cementerio, entre otras zonas. En concreto, de 1.835 viviendas en suelo urbanizable y otras 1.355 en suelo urbano no consolidado. No se ha construido ni una. Y lo que pretende el gobierno local con la nueva norma urbanística es que se reduzcan las unidades de actuación de la villa donde puede edificarse. Por ejemplo, que en un sector donde esté previsto un desarrollo de 500 viviendas se puedan rebaja a uno de 100.

Con ello pretenden dar impulso a la construcción, parada en la villa debido a la envergadura excesiva de los desarrollos previstos en el actual plan general, señala el regidor. “Ahora mismo son inviables para las constructoras por el alto coste de urbanización y la poca demanda”, añade.

Con el nuevo planeamiento también quieren impulsar la construcción de vivienda nueva unifamiliar en la zona rural, facilitando la tramitación administrativa. Las licencias pueden favorecer los ingresos municipales, estima el alcalde, pero además hay un creciente interés por vivir en los pueblos del municipio donde se están reformando varias casas. Una tendencia general impulsada por el confinamiento de la pasada primavera que empuja la preferencia por tener una casa con terreno al aire libre.

Así lo indica el número de licencias urbanísticas que se otorgaron desde el 1 de marzo al pasado 16 de octubre, 406 en total y principalmente destinadas a la rehabilitación en la zona rural. “Notamos en el día a día del ayuntamiento que hay mucha reforma en las casas de los pueblos”, dice Trabanco. Unas licencias por las que el Consistorio ha ingresado 66.000 euros, a lo que se suman 114.000 por el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras. La reforma de vivienda en las zonas rurales también se nota en el censo municipal, que pasó de 9.714 vecinos a 1 de junio de este año a los 9.800 registrados el pasado 1 de octubre.

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