Lucía Noval se convirtió ayer en aspirante única a la presidencia de la Sociedad de Festejos de la Pola tras formalizar su candidatura y renunciar a hacer lo propio el actual dirigente, Jenaro Soto. En teoría, no haría falta ninguna elección y todo se reduciría a un traspaso de poderes; sin embargo, Noval mantiene su exigencia de conocer a fondo el estado económico de la entidad antes de hacerse con las riendas.

“Queremos que nos dé las actas de las asambleas de 2018 y 2019 y que se convoque un encuentro público en el que explique los ingresos y gastos, si hay deuda, si hay algún crédito o si pesa algún embargo sobre Festejos. Necesitamos saber en qué estado se encuentra la sociedad para dar el paso”, explica la candidata, quien al mismo tiempo se muestra muy ilusionada por tomar el timón del colectivo que organiza fiestas tan emblemáticas como el Carmín o los Güevos Pintos.

Noval y sus colaboradores no se fían de los datos ofrecidos por Soto, que sitúan la deuda de la entidad en unos 40.000 euros. “Tenemos que saberlo bien porque nos podemos meter en un marrón”, admite.

Por su parte, Jenaro Soto se limitó a decir, anoche, que no continuará al frente de Festejos, pero no ofreció más información sobre si cederá a las exigencias de la candidatura entrante.

La reclamación de conocer con exactitud las cuentas generó una bronca el pasado jueves entre Soto y Noval, en una continuación de los desencuentros entre ambas partes desde hace un año y medio, la primera vez que Noval se presentó a las elecciones. En aquella ocasión, el todavía presidente anuló la candidatura de su rival por un formalismo, y ambas partes acabaron en los juzgados.

El jueves, durante la discusión en el despacho del colectivo, Soto afirmó sentirse atacado por Noval y amenazó con alargar el proceso electoral ya que, explicó, “si no me presento puedo apurar los catorce días de plazo que me da la ley, dimitir y retrasar otro mes las elecciones”. Todo parece indicar que el polémico dirigente pondrá palos en las ruedas de la candidatura de Noval, pese a que no tendría que pasar por una votación al ser la única aspirante.

Lucía Noval, de hecho, tiene la mosca detrás de la oreja porque Soto le dijo que habría elecciones igualmente. “Eso no está ni en los estatutos de Festejos ni en la legalidad”, afirma rotunda. La oposición al actual dirigente se espera cualquier sorpresa en lo que queda de período electoral y le huele a chamusquina el aparente fácil abandono de su contrincante. “Es lo que me escuece, que después de 7 años así y poniendo trabas ahora de repente quiera echar a correr”, abunda Lucía Noval.