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La producción de sidra, bajo mínimos por el temor al cierre de la hostelería

Los lagares de Siero ralentizan la entrada de manzana y la elaboración de la bebida y prevén pérdidas a medio plazo: “No se pueden hacer planes”

Atilano Martínez, del Club sierense de Amigos de la Manzana, ayer, en la finca del colectivo en Vega de Poja. | S. Arias

La incertidumbre sobre la evolución de la pandemia, un más que posible nuevo confinamiento domiciliario y el cierre de la hostelería trae de cabeza a los lagares, que están frenando la elaboración de sidra para no encontrarse con producción a la que no pueden dar salida. “Acertar o no va a ser un juego de azar, es imposible hacer una previsión porque no podemos planificar tres factores: cómo evolucionará el tema sanitario, ver qué regulación habrá de la hostelería, que es el principal cliente, y cuál será el impacto económico, que se incrementará más aún en unos meses”, estima Manuel Riestra, del llagar sierense Muñiz.

Los productores de sidra están dosificando la entrada de manzana para ir ralentizando la producción. Y cabe destacar que aún hay sidra en el llagar de la temporada de 2019 debido a la bajada de ventas de este año por el confinamiento de la pasada primavera y la caída de consumo del pasado mes de octubre, tras un verano mejor de lo esperado. “No sabes qué hacer porque no sabemos si abren, si cierran... esto va cambiando día a día, no tenemos ni idea de cómo será la producción y es algo malo para todos”, señala Alberto Fanjul, del llagar Quelo.

Producción pequeña

Los lagareros aseguran que serán producciones más pequeñas de lo habitual. Ya se esperaba una cosecha reducida, porque este 2020 toca vecería. Eso sí, la calidad de las manzanas es muy buena, según han observado los productores en las primeras entradas de manzana al llagar. De momento, ha entrado poca fruta porque esperan a las recogidas de las variedades del mes de noviembre, más óptimas para la elaboración de sidra. “Es muy buena la manzana para la poca cantidad que toca este año”, indica Fanjul.

Deberían ser días de ajetreo y trabajo para recibir, limpiar y enviar a mallar las manzanas, pero la crisis sanitaria del coronavirus, que genera incertidumbre económica y de consumo, mantiene la producción al ralentí. La duda para los llagareros es cuánta sidra elaborar y la actualidad no da respiro. “Cada uno tendrá que tirar sus dados porque no se pueden hacer planes a largo plazo”, lamenta Riestra. La crisis económica derivada de la pandemia frena la producción sidrera en Siero.

Mucho fruto en el suelo “por el gusano”

El Club sierense de Amigos de la Manzana prevé recolectar cerca de 3.000 kilos del fruto para la producción de sidra casera. Un año este en el que han observado “mucha manzana cocosa, que está atacada por el gusano, y hubo muchísima en el suelo antes de tiempo”, comenta Casimiro Fernández, presidente del colectivo. En lo que va de recogida, en el pasado mes de octubre, habían alcanzado media tonelada. El resto llegará este noviembre con los 2.500 kilos que esperan recoger de una finca en Vega de Poja, propiedad de Amador Riestra. “En general hay poca manzana porque este año toca así, pero como hubo bastante sol la manzana es de buen tamaño, podemos decir que como había pocas las que salen crecen más”, explica. Es fruta, asimismo, de mucha calidad. Así es que el gusano no ha podido con toda la manzana. Un problema que se puede contrarrestar, apunta Fernández, con un sulfatado específico en el mes de junio. Ya han hecho el primer mayado, apunta Atilano Martínez, con manzana de una finca de Aramil, y continuarán a mediados de mes, cuando tengan más frutos. Una sidra que están diversificando a espumosos o sidra helada, además de las versiones natural y dulce que hacen cada temporada.

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