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La tecnológica Methrom Dropsens se muda a Llanera con 3,5 millones de inversión

La compañía, dedicada a fabricar e investigar sobre sensores, instalará su nueva sede en el parque tecnológico y prevé llegar a 47 trabajadores

David Hernández y Pablo Fanjul, fundadores de Dropsens.

Methrom Dropsens, dedicada a la investigación y fabricación de sensores con múltiples usos, ha adquirido una parcela en el Parque Tecnológico de Llanera para instalar allí su sede y poder incrementar su plantilla hasta alcanzar los 47 empleados. Ahora tiene 29. El proyecto supondrá una inversión de 3,5 millones de euros y la construcción del nuevo edificio que albergará las actividades de esta innovadora compañía, que nació como una filial de la Universidad de Oviedo hace ya catorce años. La obra tendrá un plazo de ejecución de dos años y la empresa espera iniciar su actividad en Llanera en enero de 2023.

La parcela que acaba de adquirir tiene 2.799 metros cuadrados, explicó el Instituto de Desarrollo Económico del Principado (Idepa), cuyo comité de valoración ha autorizado la adquisición de los terrenos. Desde su nacimiento, al calor de los laboratorios de química de la Universidad de Oviedo, Dropsens ha estado muy ligada al Idepa. Sus fundadores, Pablo Fanjul y David Hernández, se instalaron inicialmente en los laboratorios del Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI) –que depende del Idepa–, aunque desde enero se habían mudado al vivero de empresas ligado al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) del barrio ovetense de Prado de la Vega. Aunque esa ubicación ya se les ha quedado pequeña y buscan un nuevo espacio donde crecer.

Uno de los mayores hitos de la compañía se produjo en 2017, cuando el grupo de desarrollo y comercialización de instrumentación científica a nivel mundial Methrom AG –con un volumen de negocio de cerca de 450 millones de francos suizos y 3.000 empleados– adquirió la mayoría del capital de Dropsens. En un principio, la futura planta de Llanera funcionará como un centro de innovación (I+D+i) de su matriz. Dropsens nació en 2006 y desde entonces ha recibido multitud de premios y reconocimientos. Hace unos años, por ejemplo, recibió el sello de empresa innovadora de base tecnológica, y en 2018 logró el Premio de Innovación que anualmente concede el Idepa.

La empresa está participando en múltiples proyectos de innovación a nivel europeo. Recientemente, por ejemplo, se asoció con la Universidad de Alicante para el desarrollo de un sensor para convertir la orina de los astronautas en energía y agua y que ya ha sido puesto en órbita. También está colaborando en un proyecto comunitario para medir el nivel de estrés de los bomberos.

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