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De Balbona a Bobes lo ven negro

Los vecinos piden que se instalen puntos de luz en los caminos y junto a sus casas: “Hay mucho tránsito y es un peligro vivir a oscuras”

Por la izquierda, Elvira Villanueva, Nabor Rodríguez, Belén Bobes y Pablo Menéndez, en Balbona. | A. I.

Cuando la tarde ya ha caído, ahora pronto, por la época del año, el polígono de Bobes luce iluminado y tranquilo, algo más que la carretera que conecta San Miguel de la Barreda con el pueblo homónimo al área industrial y con Balbona. Pero en las zonas exteriores de las viviendas del entorno la oscuridad es total. De eso es lo que se queja una decena de residentes, faltos de luminarias en la vía que conecta sus domicilios con la iglesia o el bar. “Es un peligro tremendo, no se ve nada, hay bastante movimiento y, además, suele haber niños jugando”, explican, en relación a la inseguridad que genera la ausencia de alumbrado.

Representan al grupo de afectados Pablo Menéndez, Belén Bobes, Elvira Villanueva –acompañada de su perra “Manolina”– y Nabor Rodríguez. Todavía es por la mañana y brilla el sol, pero “lo peor es que a las seis de la tarde ya no se ve nada”. El problema viene de atrás, pero han comenzado a reclamar una solución desde hace dos años. Urgen que les pongan puntos de luz, “dado que en esta zona hay tránsito y cada vez hay más vecinos que vienen y están construyendo aquí sus casas”. Los que quieren vivir en la zona, abundan los afectados, “tuvieron que ponerse los postes ellos mismos para poder llevar la electricidad a sus viviendas”.

Pero la iluminación exterior en la zona de Balbona quedó por solucionar. En 2018 hicieron la primera solicitud. Al ver que no fructificaba, optaron por pedirlo a través del registro municipal, “sin conseguir que nos lo solucionaran”.

Cinco postes

Entienden que su petición es “fácil de satisfacer”, ya que no se necesitaría una infraestructura demasiado grande. “Nos conformamos con cinco postes de la luz viejos de los que están retirando de otras localidades, como la Fresneda, en los últimos tiempos”, dicen.

La situación se agudiza entre octubre y finales de marzo, cuando las horas de sol son menos y la oscuridad se adueña de la zona. A tenor de las circunstancias y siempre suponiendo que el coste “no sería elevado”, los vecinos esperan que la resolución pueda llegar pronto.

No es el primer problema con la falta de luz en la zona. En años anteriores se reclamaba la instalación de luminarias en la carretera que llega desde la entrada de San Miguel hasta la rotonda a la salida de Bobes. En esa zona se encadenaron algunos accidentes de tráfico –incluso con víctimas mortales– que se achacaron al desconocimiento de la zona y a la escasa visibilidad por la noche.

En esta ocasión, se reclama solución para las áreas de un núcleo rural que está en crecimiento, con la construcción de viviendas unifamiliares por particulares que optan por salir de las ciudades para establecer su residencia en localidades menos pobladas. Esa circunstancia hace que la preocupación entre los que viven allí crezca, especialmente viendo “que están llegando familias con niños”.

La pandemia no ha hecho más que incrementar esta tendencia de elegir el campo para vivir, de lo que dan fe la gran cantidad de licencias de viviendas de este tipo solicitadas en el último año.

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