En un parque de la Paz vacío, mojado por la lluvia y helado por el frío, las sonrisas del alcalde de Siero, Ángel García, la presidenta de la Asociación Comercio Abierto de Lugones, Sandra Rubio, y la presencia del pequeño Pelayo Sastre acompañaron el encendido de las luces navideñas. Mientras, en la Pola, cuatro ediles y dos representantes de los comerciantes, hacían lo propio en la plaza Les Campes.
“Del año pasado a este...”, lamentaba Pelayo Sastre, en referencia a la situación general de dificultades derivada de la crisis sanitaria del coronavirus. Pero, precisamente, la idea de los comerciantes es que el alumbrado sirva “para dar algo de alegría, que la gente se anime”.
Rubio, por su parte, reconocía “que la cosa está mustia, pero entiende que poner las luces era necesario”. Por eso, en esta ocasión, el número de arcos en Lugones se ha incrementado, tirando de un presupuesto que alcanza los 13.500 euros. Comerciantes y responsables municipales llamaron durante el encendido navideño a tratar de mantener el optimismo y confiar en que, con esfuerzo y unidad, se saldráadelante.
El pequeño Pelayo Sastre, aunque aún queda para que lleguen los regalos de Navidad y Reyes, ya piensa en alguno, aunque modesto. “Dos revistas”, explicó, sin mayores concreciones y obteniendo por respuesta alguna broma sobre que “ahora solo puede ser una, así que escoge”. A su lado, el cronista de Lugones, José Antonio Coppen, observaba la escena con ternura.