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Resignación en los lagares, sin ventas a la hostelería y excluidos de las ayudas

Los productores descartan que la reapertura bajo mínimos de los bares les ayude en las fechas navideñas porque “la sidra se vende en barra”

Los lagareros de Siero, resignados, auguran una pésima campaña de venta en las próximas semanas. A pesar de que la hostelería reabrirá sus puertas este lunes, los lagareros no creen que suponga volver a las cifras de otros años, cuando este sector se beneficiaba de las cenas y comidas navideñas y conseguía un balón de oxígeno para luego encarar los meses más duros del invierno (enero y febrero), donde habitualmente el consumo de sidra cae drásticamente. Las previsiones no son nada halagüeñas porque la reapertura descafeinada de los establecimientos hosteleros no augura grandes desembolsos en beneficio del sector sidrero.

José Palacio, de Sidra Viuda de Palacio, admite que “encaramos la temporada navideña de forma muy pesimista. Los llagares asturianos dependemos totalmente de la hostelería, y con las restricciones con las que abren calculamos que las ventas serán, al menos, un 70% más bajas que otros años”. Con esta situación, el stock acumulado en los lagares sigue sin tener salida y no hay visos de que la situación mejore hasta, como mínimo, finales de la primavera o principios del verano de 2021. “Nos quedó mucha sidra de la campaña pasada y esta se elaboró bastante menos. Tenemos un stock bastante grande porque la venta a particulares tampoco da para mucho, no da ni para comer. En resumen, estamos jodidos”, lamenta Palacio.

"La venta a particulares no da ni para comer", lamentan

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La situación en otro llagar sierense, el de Arbesú, no es muy diferente. José Manuel Arbesú Cimadevilla explica que la campaña navideña se presenta compleja porque “donde se vende la mayor parte de la sidra es en barra. Con las restricciones, la mitad de los establecimientos no abrirán ya porque no les compensa pagar autónomos para tener pocos clientes”. En lo que respecta al rédito económico que supondría una buena campaña navideña, comenta que “otros años se vendía bastante bien en Navidad durante estas tres semanas de fiestas y luego en enero y febrero volvía a bajar, pero ahora está todo fatal. La gente tiene poco dinero y lo que se vende a particulares, que pueden ser unas 40 cajas a la semana, no supone nada”.

La situación para los lagareros asturianos es límite, pero argumentan que podría complicarse aún más de cara al año que viene. “El problema gordo puede venir el año que viene, que toca que haya un cosechón grande y no habrá sitio en los lagares para transformar esa manzana en sidra”, explica Palacio. Y es que a pesar de que el grueso de los lagares optaron por mayar menos manzana que otros años debido a la situación sanitaria, acumularon un stock importante al que no le van a dar a salida, al menos a corto plazo.

Desamparados

El horizonte de ventas a la baja por la apertura con restricciones de la hostelería afecta de lleno al sector sidrero que, por otro lado, no recibió ayudas para paliar su situación económica tras el cierre hostelero de este otoño. “Hasta ahora, estuvimos todo este mes prácticamente parados y totalmente desasistidos y desamparados. Se pensaron en ciertas ayudas para hostelería, se aumentaron para los distribuidores de bebidas, pero no para los lagares que hacemos sidra. Dependemos casi al 100% de la hostelería y nadie mira para nosotros. Esta apertura de locales nos va a dar muy poco oxígeno porque hay muchos clientes que no van a abrir porque no les trae a cuenta”, critica Palacio. Y es que los lagares y cosecheros dependen directamente de la hostelería que, hoy por hoy, está en horas más que bajas.

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