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Las casas rurales pierden las reservas de Navidad y ya miran a la Semana Santa

“Mientras no abran entre comunidades es difícil trabajar”, lamentan en el sector, tocado tras pasarse en blanco los dos puentes otoñales

Casa rural en Amandi | Franco Torre

Las casas rurales de la Comarca de la Sidra esperan una Navidad en blanco, que no blanca. A estas alturas de diciembre, otros años ya tenían reservas para grupos y familias tanto para Nochebuena como para Nochevieja, pero las próximas fiestas se presentan con las páginas de las agendas limpias. “Tuve consultas y alguna reserva para Nochebuena y Nochevieja, pero las anularon porque tampoco se sabe muy bien lo que se podrá hacer. Ahora mismo, me di de baja, cerré la casa porque no puedo cotizar a autónomos el mes entero para que luego no me venga ningún cliente”, argumenta Brígida Uría, de La Casa de Narzana, en Sariego.

Los alojamientos rurales están íntimamente ligados al turismo nacional y, con Asturias cerrada a cal y canto, las esperanzas de contar con clientela para cubrir gastos caen en saco roto. “Otros años, en Navidad, estábamos a tope, pero este año, desde septiembre hasta ahora, fue desastroso. La gente que venía solían ser familias que se reunían por estas fiestas, pero ahora no se sabe lo que se puede hacer y lo que no”, comenta Ana Cueto, del apartamento rural El Llagar de Zoilo, en Ceceda (Nava). En su caso, el alojamiento rural que regenta no es su sustento principal, con lo que podrá capear algo mejor la situación.

El cierre perimetral de Asturias durante la Navidad tampoco acompañará. La gerente de L’Arbolea de Rodiles, en Villaviciosa, comenta que “mientras no abran entre comunidades, lo veo muy difícil. Esperemos que a partir de marzo y abril, para Semana Santa, ya nos dejen trabajar como antes la temporada entera, que no estén abriendo y cerrando cada poco. De momento, parece que estaremos todo el invierno sin trabajar, cuando otros años el puente de diciembre había sido bueno y en Navidad estábamos al 70% de ocupación”.

El repunte turístico durante el verano sirvió para paliar, en parte, el descenso de clientela que ya están viviendo las casas rurales de la Comarca de la Sidra. Sin embargo, no supuso un ingreso extraordinario con respecto a otros años. “El verano fue bueno, como siempre. Tengo seis habitaciones y se llenaron como otros años. Pero perdimos la primavera entera y ahora el invierno. Cuento con que en Semana Santa nos dejen volver a trabajar en condiciones”, añade Uría Varela.

Otros alojamientos de la comarca reconocen que tampoco hacían el agosto en las fiestas navideñas, pero sí en los puentes de noviembre y diciembre. “Normalmente, en Navidad tenemos poca gente porque no cogemos a grupos grandes, pero para el puente de noviembre tenía un par de reservas y las anularon. Y el puente de diciembre solía ser bastante bueno. El problema es que nuestros clientes son básicamente de Madrid, País Vasco y Galicia”, apunta Teresa Nosti Quintana, de los apartamentos rurales La Cirigüeña, de Oles (Villaviciosa).

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