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Grado exhibirá su cultura sidrera

El Museo Etnográfico prepara una exposición permanente sobre la bebida tras recibir de una familia de Las Regueras la donación de un pisón

El cronista oficial de Grado, Gustavo Adolfo Fernández, sentado en el nuevo pisón de apretón con parte del de pesa, a la izquierda. | S. Arias

El Museo Etnográfico de Grado quiere dar a conocer la cultura sidrera del concejo y, para ello, desarrolla una colección permanente sobre la producción y consumo de la bebida regional. Se ubicará en una sala de la Casa de Cultura y contará con dos piezas únicas, muy antiguas, un pisón de pesa y otro de apretón que ha sido recientemente donado por una familia de Agüera (Las Regueras). Son los dos tipos de pisón empleados en la comarca. La muestra se completará con los objetos relacionados con la sidra de los que ya dispone el equipamiento a los que sumarán contenidos didácticos mediante cartelería.

“Lo bueno es que son los dos ejemplares tradicionales que había en los llagares de la comarca porque también hay pisones de tijera, pero no en esta zona”, explica Gustavo Adolfo Fernández, coordinador de Cultura y cronista oficial de Grado. El llagar de pesa, que fue donado en su día por los Marqueses de Ferrera, se encontraba en el palacio de Báscones. Un pisón que servía a los vecinos de la zona para obtener sidra. “Por tantos sacos de manzana les daban tantos de sidra y contaban que era siempre una fiesta”, comenta Fernández.

Además, el pisón de pesa tiene tallados con esmero los orificios de salida de la sidra al duerno. “Es muy potente y muy guapo”, añade. En cuanto a la nueva pieza, un pisón de apretón donado por una familia de Las Regueras, también destaca por su antigüedad y un gran duerno de madera. “Cuando lo llevamos a tratar nos preguntaron si habría que cambiar la madera pero dijimos que no, que mejor se tratase y conservase como era”.

Fernández está muy ilusionado con la puesta en marcha de la colección permanente dedicada a la sidra ya que la cultura en torno a la bebida regional en Grado es aún bastante desconocida. “Fue más importante de lo que se cree hasta la época de la Guerra Civil, había familias que vivían de la sidra con llagares, también la producción de sidra achampanada “La Reina de Asturias” de la familia de Pepín Fernández de Galerías Preciados, y luego también llagares como Casa Sindo, El Calabión y El Infierno, que es el más conocido”, explica.

Los dos pisones son dos joyas de la etnografía y, por ello, Fernández trabaja en la confección de los contenidos que albergará el espacio, junto al “Aula de las Metáforas”. Y, si todo evoluciona bien, espera poder abrirlo al público el próximo año.

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