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Emocionado adiós al párroco Alejandro Díaz, el “evangelista rebelde y lleno de esperanza”

Sanz Montes, que ofició el funeral en la iglesia de San Martín de La Carrera, destaca la “vida de entrega” del sacerdote, fallecido a los 56 años

Un momento del funeral, presidido por Jesús Sanz Montes. | A. I.

Emoción en el último adiós al párroco de El Berrón, Alejandro Díaz Noval, ayer, en la iglesia de San Martín de La Carrera. Más de 300 feligreses no solo de esta localidad, sino de Tiñana, Meres o Hevia, de las que también se ocupaba, quisieron estar presentes en la despedida, bien dentro del templo o bien acompañando al féretro a su llegada y a su salida, para evitar las aglomeraciones por motivo de la crisis sanitaria. Todos se mostraron “muy afectados” por la pérdida, recordando al fallecido como “una gran persona, incomparable”.

Además de los fieles, acompañaron al féretro nueve religiosos, incluido el arzobispo, Jesús Sanz Montes, encargado de la ceremonia y que tuvo palabras de enorme cariño hacia el sacerdote. “Era un evangelista rebelde, lleno de esperanza”, señaló Sanz Montes.

El arzobispo relató que estuvo con él aun en la noche del pasado martes, pocas horas antes del triste desenlace. “Pronunció mi nombre conscientemente”, reveló emocionado Sanz Montes. Sobre su carácter y su modo de conducirse en la vida, destacó “la defensa de la libertad que hizo durante su vida”, así como “su invitación a llevar una existencia de verdadera entrega”.

No podían estar más de acuerdo los que le prestaban atención desde la bancada y el exterior de la iglesia. Entre estos últimos se encontraba Eduardo Fanjul, natural de Tiñana, “gran amigo” de Alejandro Díaz Noval. Con el “tomaba cafés frecuentemente y charlábamos de todo”, explica. En su memoria quedará como “un paisano más, un vecino de tu pueblo que es buena persona y al que le tienes mucho cariño”, añadía.

Al lado de Fanjul, Rubén Arbesú, residente en Santa Marina, rememoraba algunos de los hitos del paso de Díaz Noval por la parroquia: “Era un paisano extraordinario, siempre con la iniciativa de ayudar. Nos arregló el tejado de la iglesia hace poco”. El fallecido, añade, colaboró con la asociación de festejos, “a través de una espicha que organizamos para conseguir el dinero”, rememora.

Llegada del féretro a la iglesia de San Martín de La Carrera. | A. I.

Con ellos guardaba una relación muy estrecha, “ya que nunca perdía una fiesta, era muy animado”. “No mantenía la distancia de los curas tradicionales”, zanja Fanjul, resumiendo su sentir acerca de la cercanía y sencillez de Díaz Noval, cuya vida ha apagado la enfermedad de manera demasiado prematura, con tan solo 56 años.

El sacerdote falleció la noche del martes, después de una enfermedad. Fue cura en Gijón, Avilés, Langreo y Mieres antes de llegar a Siero, donde llevó las parroquias de Aramil, Marcenado, Santa Marina de Cuclillos, San Martín de la Carrera, Santa María de Tiñana y San Félix de Hevia.

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