Susto en Pola de Siero tras el desprendimiento de unas pequeñas piezas de madera del exterior de la iglesia parroquial de San Pedro. Lo sucedido obligó a andamiar la entrada al templo para asegurar la celebración de un funeral previsto para la tarde de ayer, sábado, y de la misa de hoy, domingo, Eso sí, mañana, lunes, está previsto que se inicie ya un estudio del estado actual de la fachada, para realizar una obra que “urge”, según subrayó ayer el párroco, Fermín Riaño.

La historia de la reparación de la iglesia viene coleando desde hace un año y medio. Entonces se hizo ya un estudio que quedó atascado entre la “burocracia”. Hace unas semanas, volvió a ponerse sobre la mesa la intención de llevar a cabo mejoras en diversas zonas (parte del tejado, la torre, la fachada lateral y el frontal), si bien todo quedaba supeditado a completar la tramitación del proyecto.

La caída de pequeños pedazos de madera en el exterior del templo, en la tarde noche del viernes, ha cambiado el panorama de la urgencia. Riaño consideraba que no se trataba de algo prioritario ante la situación general derivada de la crisis del coronavirus, pero ahora ve que la actuación requiere celeridad. Todo después de que la Policía local, tras recibir el aviso “de dos mujeres que pasaban”, decidiera acordonar la mitad de la plaza exterior de la iglesia.

Durante la mañana de ayer, sábado, se desplazó hasta el lugar el arquitecto ligado al Arzobispado, que concluyó su observación determinando la necesidad de un estudio a mayores este mismo lunes. A partir de ahí, una vez estén claros los cambios que ha sufrido la fachada de la iglesia en el último año y medio, se planificará la actuación.

Riaño entiende que es necesario afrontar la rehabilitación, pero hay una tramitación que depende de la Iglesia. La actuación urge a la vista de los últimos acontecimientos.

Ayer pudo salvarse la celebración de los oficios, gracias a que el Ayuntamiento aportó un andamio para cubrir la zona de la puerta y a que la caída de elementos no fue grande.

Únicamente se precipitaron unos pequeños pedazos de madera de origen indeterminable, incluso para el arquitecto que examinó la zona.

No es el único problema en los templos religiosos del concejo. También necesita mejoras la iglesia de Vega de Poja. Allí, después del derrumbamiento que sufrió hace tres meses, los restos siguen sin recogerse. La reforma, en ese caso, está en manos del Principado, que debe ser quien determine lo que se puede hacer, al ser Bien de Interés Cultural (BIC).