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La industria cárnica de Noreña, tranquila ante el Brexit: “Hay poca exportación directa”

Las compañías orientadas a la hostelería temen la evolución de la pandemia, pues acusaron un notable bajón de ventas por los últimos cierres

Trabajadoras en una empresa chacinera de Noreña. | R. A. I.

La industria cárnica asturiana, con muchas instalaciones en Noreña, mantiene la calma ante la culminación del Brexit, la salida definitiva del Reino Unido de la Unión Europea. El motivo, que la exportación directa hacia los países británicos es bastante reducida, según la patronal Asincar. Por tanto, los posibles aranceles no supondrían un inconveniente demasiado serio para el sector. Lo que está afectando de manera muy notable son las consecuencias de los cierres en la hostelería a causa de la crisis sanitaria. Essas limitaciones sí han hecho caer sus ventas durante 2020.

Una parte del gremio, la que tiene a la hostelería como principal cliente, ha notado con dureza los efectos de la situación generada por el Covid-19. Otra, con la comercialización más orientada a surtir a los supermercados y tiendas de alimentación, está menos afectada.

Tras un 2019 complicado para la chacinería por la llamada “crisis del compango”, que duplicó el coste del cerdo a causa de las exportaciones a China, 2020 se presentaba como un momento para la estabilización del sector. Se esperaba que los precios del porcino fueran bajando poco a poco, permitiendo recuperar la rentabilidad. Sin embargo, la llegada del covid-19 complicó las cosas.

La patronal del sector indicaba a principios de diciembre pasado que una buena parte de las empresas cárnicas habían sufrido un retroceso del 50 por ciento de sus ventas desde marzo. El cierre de la hostelería les quitó su canal habitual de comercialización y su apertura en verano no sirvió para compensarlo.

Pasadas las navidades, con la reapertura de bares y restaurantes, la cosa no ha mejorado mucho. “Las cosas han ido con bastante normalidad, pero se ha notado que la hostelería no ha funcionado al mismo ritmo”, explican los responsables de Asincar. Estos inciden en la diferencia respecto a las empresas que trabajan para supermercados: “En esos casos las ventas se han mantenido, no ha habido mucha variación respecto a otros años”.

A este clima de dudas por la evolución que pueda tener el virus, podría haberse sumado también la sombra del Brexit, recién oficializado.

La amenaza de aranceles que restaran competitividad a la industria cárnica estaba ahí, pero la patronal le resta importancia: “Hay poca exportación directa”.

Por tanto, el principal temor para parte de las compañías del sector sigue siendo la propagación del virus y si esta puede acabar obligando a nuevos cierres en la hostería.

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