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Nava quiere hacer del Museo de la Sidra un referente de la investigación del sector

El patronato de la fundación que gestiona el centro prepara un plan para dar impulso al equipamiento, que también prevé cambios en la exposición

La guía Jennifer Fabianini, en una imagen de archivo, mostrando uno de los elementos del Museo de la Sidra de Nava. S. Arias

El Patronato de la Fundación del Museo de la Sidra ha contratado a una empresa para redactar un plan estratégico que cambie la concepción de esta emblemática instalación. Y comenzará su trabajo en los próximos días. Fernando Méndez, responsable de la compañía, explica que buscarán el consenso con los diferentes actores del gremio para lograr que las funciones del equipamiento y la entidad que lo gestione sean de mayor utilidad para el sector. Entre otros planes, no se descarta promover el desarrollo de estudios y colaboraciones con la Universidad de Oviedo, entre otras instituciones de carácter investigador o académico.

En principio, el proyecto estará listo en el mes de abril y, será a partir de esa fecha, cuando se decida sobre las modificaciones no solo en materia de la actividad que desarrolla el museo, sino del contenido del espacio expositivo.

El encargo a esta empresa llegó ya en el último trimestre del año pasado y, ahora, pasadas las navidades, se comenzará a trabajar en la redacción del plan. La premisa, según explica Méndez, es aglutinar las voluntades de toda la cadena profesional involucrada en la elaboración de la sidra, de manera que el museo se convierta “en su punto de referencia”.

La percepción que transmite el responsable de la compañía encargada es que el centro “lleva desde hace casi tres décadas siendo sobre todo un punto de interés turístico”. En ningún caso se pretende descartar este aspecto, pero se aspira a cambiar su concepción, de modo que también sea útil a efectos prácticos para el gremio.

Como ejemplo pone algunos museos que promueven investigación y estudios relacionados con aquello que dan a conocer. “No tiene que estar constreñido a su sede. Se pueden promover colaboraciones con la Universidad u otros organismos para que de aquí parta la evolución del sector. Que sea de verdad una referencia”, subraya.

Cuando, a partir de abril, el plan esté listo, “deberán valorarse las reformas en el interior del museo”, aunque cree que solo se modificarán algunos elementos a nivel expositivo”. Respecto a los plazos definitivos para que el Museo de la Sidra eche a andar en unos términos distintos a los actuales, Méndez prefiere no pronunciarse. “No se sabe cuánto llevar las acciones posteriores a nuestro modesto estudio. Quizás antes de que acabe el año, pero no se sabe”, señala.

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