El agobio y la fatiga del primer confinamiento del coronavirus le llevó el año pasado al Camino Primitivo de Santiago. Un recorrido en el mes de agosto en el que escribió, hizo fotos y grabó sonidos ambiente para conformar un relato sobre las experiencias y conocimientos que fue recabando paso a paso desde Oviedo a Santiago de Compostela.
Con todo ello, el escritor Javier F. Granda publica “Camino Primitivo derivas en pandemia”, con el apoyo de la Fundación Valdés-Salas. “Quería vivir de espaldas a todo lo que estaba ocurriendo y una de las cosas de las que me dí cuenta es que nunca contemplamos la noche y las estrellas. La vía Láctea me sorprendió muchísimo porque aunque vivimos en un pueblo siempre hay una farola que te estropea la vista”, dice.
El libro resume etapa a etapa lo que es hacer el Camino en medio de la crisis sanitaria. Granda es funcionario municipal en el Ayuntamiento de Salas, de donde es natural aunque vive en Grado, y preside la asociación de creadores, escritores, músicos y artistas de Asturias “Alternativa”. “Ves el Camino de manera distinta porque encontré muy poca gente hasta Arzúa, que es donde se junta el Primitivo con el Francés, cuando en los últimos años es un no parar de peregrinos”,cuenta.
Pero lo que más le llamó la atención fue la España vaciada, “están los pueblos sin relevo generacional con su arquitectura colapsando y retrocediendo la tierra de cultivo y aumentando el bosque”. Un tema que aborda ampliamente en el título –que sale ya a la venta– porque sintió que caminaba por páramos. El autor pretende con su último libro ahondar en la esencia del Camino y, por ello, optó por los itinerarios más históricos.
Fue aprendiendo paso a paso y metiendo todas esas viviencias en la mochila. Y lo hizo apartando toda la información que le rodeaba por el covid-19, en la medida de lo posible, “porque en Galicia se estaba poniendo la cosa más dura”, recuerda. Y ello le impuso la necesidad de terminarlo: “Iba sin saber si iba a poder continuar y a la vez no quería saber nada de lo que pasaba más allá de surtirme de alimentos”.
En “Camino Primitivo derivas en pandemia”, el escritor salense también refleja lo que supone la soledad del caminante. Y más teniendo en cuenta de que fueron muy pocos los peregrinos que se echaron al Camino en 2020. “La soledad te endurece”, explica sobre su aprendizaje. Y lo mejor ha sido sin duda la contemplación de la naturaleza y el firmamento.
Además de su experiencia literaria a modo de crónica, la obra que ahora ve la luz incluye trece fotografías y siete piezas sonoras, grabaciones de distintos momentos o encuentros que realizó durante el trayecto para captar el ambiente a su paso.
Son “paisajes sonoros” que entiende fundamentales. “Es una huella de este momento, del 2020 y pienso que son importantes porque el tiempo los cambiará”. Una experiencia que a él mismo le ha dejado marca y que es, dice, adictiva, “porque todos vuelven en cuanto pueden”.
