La iniciativa emprendedora ha crecido con fuerza en Santo Adriano. El centro de empresas-villa tecnológica El Sabil está a punto de llenarse con siete iniciativas, una en instalación y otra en tramitación, que completan el espacio municipal donde también tienen sede el Laboratorio de Experiencias e Innovación Rural y el Ecomuséu “La Ponte”. Unos proyectos empresariales que, además, se destacan por su carácter rural y su vinculación al territorio y a la población local. La cercanía con Oviedo y las facilidades en la tramitación municipal son los aspectos más destacados por los empresarios.

Manon Duquesnay, en el local donde imparte danza, expresión corporal y yoga, entre otras actividades. | Sara Arias

La importancia que tiene lo rural en Santo Adriano toma fuerza entre las compañías instaladas. Por ejemplo, la escuela de danza y expresión corporal, donde también se ofrecen sesiones de yoga, entre otras actividades, se relaciona con la salud y el ocio. “Estamos totalmente vinculados al territorio y a la población. Todos los que vienen son de la comarca y es una manera de dotar de un servicio a la comunidad en relación al bienestar de cuerpo y mente. Para nosotros era importante asentarnos en un lugar así”, indica la francodanesa Manon Duquesnay.

La empresa de Xurde Llano, de rutas guiadas en bicicleta y con escuela ciclista es otro ejemplo. Él mismo acompaña a los turistas y, además del ocio deportivo, los itinerarios incluyen información sobre naturaleza, historia o etnografía. “No hacemos un track con GPS, queremos que los clientes sepan que los caminos por los que pasamos están así porque los mantiene la gente que los trabaja. También abrimos algunos caminos, es una manera de ayudar”, comenta.

Sergio Seronero, con una remesa de bebida de hidromiel | S. Arias

La calidad de las materias primas es lo que llevó a “La Zángana” a producir bebida de hidromiel. “El agua es extraordinaria y nuestra miel es cien por ciento nacional”, detalla Sergio Seronero, quien se decidió por El Sabil “al poder aprovechar las instalaciones de una antigua fábrica de cerveza”. Es de Avilés y, pese a los viajes diarios, está encantado: “Santo Adriano está más cerca de lo que parece”.

La cercanía llevó a David Vilasboas, de una empresa de márketing audiovisual, a El Sabil: “Vine por el boca a boca. Soy de Oviedo y buscando oficina me di cuenta de que tardaba más desde mi casa a cualquier punto de Oviedo que a aquí y para mi empresa la cercanía con la ciudad es fundamental”.

El abogado Rufino Menéndez no cambia El Sabil “por nada”. Tuvo despacho en Oviedo, pero en Santo Adriano está “bastante mejor, tengo más tranquilidad y un local adecuado”. Vive en Villanueva por lo que del trabajo a casa tarda, en bici, cinco minutos. “Es una de las cosas que más valoro”. La única pega es que, tras la llegada de la fibra óptica, aún no ha sido distribuida en los locales. “Tenemos una conexión antidiluviana y si tengo que subir una demanda de treinta folios estoy en una tensión tremenda”, detalla.

Xurde Llano. | S. Arias

La alcaldesa, Elvira Menéndez, señala que está tratando de que el Principado concluya la instalación de la fibra. “Es obligatorio mejorar la conexión, es fundamental”, admite la regidora. Además, la técnica de la agencia de desarrollo rural (ADL), Cristina López, señala que se necesita actualizar los equipos informáticos. La regidora avanza que próximamente se instalará una cocina u “office” y un sistema de cámaras de seguridad con alarmas.

Cristina López fue la encargada de mover El Sabil. Con mucho éxito y siempre con mirada rural: “Es lo que nos diferencia, que las empresas están integradas en la vida de la comunidad y, además, se tejen redes y unos y otros proyectos van generando colaboración”, destaca. Apunta que es una de las puntas de lanza del reto demográfico: “Atraemos proyectos de personas que se quedan a vivir aquí”.