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Calma tensa a la espera de “los americanos”

Los vecinos de Bobes aprovechan los últimos días para pasear por el polígono antes del inicio de una obra cuya magnitud inquieta

Montse Losada y Pablo Menéndez, ayer, en la zona de la maquinaria, con sus hijas Mara (en bici) y Alba. | P. T.

Calma tensa entre los vecinos de Bobes a la espera de que mañana, lunes, arranquen con fuerza los trabajos para el movimiento de tierras en la parcela que ocupará Amazon en el polígono sierense. En realidad, algunas labores comenzaron ya el pasado viernes y, sobre todo, ese día, durante la tarde, se produjo ya un importante desembarco de maquinaria y casetas de obra cuyo tamaño y abundancia pronostican la magnitud de la tarea que está a punto de empezar a acometerse.

“Ya vemos todo lo que han traído aquí. Será bueno si crean empleo, vamos a verlo, pero la verdad es que parece que llegan los americanos y no se habla de otra cosa”, explica la familia formada por Pablo Menéndez y Montse Losada, que ayer, cerca ya de la una de la tarde, paseaban y jugaban con sus dos hijas, Alba y Mara, por las proximidades del área en la que descansan por el momento grandes palas y maquinaria para sostener grandes focos lumínicos que invitan a pensar en que se trabajará a turnos, cuando las horas de luz del día ya no acompañen.

Este matrimonio vive cerca del polígono, aunque aún en una zona algo a resguardo de la actividad que habrá en el área. Llegaron a vivir a una casa de Bobes hace un par de años. Los fines de semana, como ayer, aprovechan en ocasiones los espacios urbanizados para que sus pequeñas disfruten de la bicicleta o aprendan a patinar sin sobresaltos en un lugar que de momento no está concurrido.

Lo que venga “está por ver”, dicen, aunque son conscientes de que, en breve, tal vez haya que modificar el lugar elegido para las mañanas de juegos, porque la zona ya no será tan tranquila como ahora. Mientras charlan, pasan deportistas practicando carrera por el lugar y se ve haciendo ronda también al guarda jurado que, probablemente, ha pasado la noche allí, a cargo de la numerosa maquinaria y materiales ya depositados en una parte de la parcela en la que se ubicará la multinacional de la logística. Es mucho lo que hay que vigilar ya, “el coste de lo que hay aquí es muy alto, basta verlo”, dicen algunos vecinos.

Hay otros, los de la casa más próxima a la parcela, Isabel Fernández y Rafael Hilario, que son y serán testigos involuntarios de cada movimiento. Las obras, dicen, pueden ser “lo de menos”. Lo de más será el futuro aparcamiento de camiones proyectado.Será bueno si esto trae trabajo, claro, pero esperamos que haya alguna infraestructura de protección acústica, que nos protejan con alguna barrera o pantalla”, explica la mujer.

Isabel Fernández, en su casa de Bobes, la más próxima a la parcela donde se iniciará el movimiento de tierras.

Decenas de ciclistas pasaron ayer por la mañana por el área de Bobes donde se ubica la parcela en la que se instalará la multinacional Amazon. En realidad, ocurre todos los fines de semana, según los vecinos del lugar. Los amantes de este deporte tienen un pequeño “paraíso” en la zona que ha sido urbanizada y dispone de un firme nuevo. Además, el lugar goza aún de tranquilidad y hay poco tráfico. Así, por los tramos de viales recién aglomerados abundan más los deportistas sobre dos ruedas que los conductores de vehículos utilitarios o pesados.

Juan Tomás Serrano, con su bici, en Bobes, ante una de las zonas donde hay depositada maquinaria. P. T.

Entre los primeros se encontraba ayer Juan Tomás Serrano, vecino de Noreña y habitual de un recorrido que también pasa por La Fresneda y la Pola y sabedor de que la “paz” actual en el polígono puede tener un tiempo limitado, hasta que arranquen los trabajos para el almacén logístico.

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