El área municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Grado no pierde de vista a los puentes de San Pelayo y La Mata sobre el río Cubia. El mal estado de ambas infraestructuras, que son entradas a la villa moscona, preocupa a los técnicos municipales, que las revisan asiduamente. Por ello, se ha remitido un informe al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en la que se alerta, por un lado, de los deterioros en los tajamares del puente de San Pelayo, de titularidad estatal, por donde avanza el Camino de Santiago. En lo que se refiere al paso elevado de La Mata, de titularidad autonómica, el Consistorio insiste en la necesidad de habilitar un nuevo puente para el tráfico rodado. Se trataría de rescatar un proyecto que ya fue comprometido en el año 2017 por la Consejería de Infraestructuras del Principado de Asturias.
“Las últimas crecidas del invierno aumentaron los deterioros que sufre el puente de San Pelayo, uno de los principales accesos a la villa moscona y por donde llega a la localidad el Camino de Santiago”, explica el alcalde, José Luis Trabanco, de Izquierda Unida (IU). “No existe un riesgo inminente, pero hay que actuar ya”, añade el regidor.
En el informe del área técnica municipal se destaca la degradación de los tajamares del puente de San Pelayo, cuyos sillares se están fragmentando y erosionados por el impacto del agua. El tajamar que más preocupa es el central, en el que se ha desprendido un sillar arrastrado por la corriente. Además, todos en general están siendo invadidos por la vegetación.
Así se lo han hecho saber las autoridades municipales a la Demarcación de Carreteras de Asturias, titular de la infraestructura. La construcción del puente de San Pelayo data de entre 1769 y 1775 y su última transformación se produjo en el año 1859. También han detallado los servicios técnicos municipales que la barandilla que da aguas abajo del Cubia se ha desplazado en la zona central y presenta grietas en la armadura. “Esta perdida del recubrimiento origina evidentes problemas de corrosión de la armadura de la estructura, acrecentando su degradación”, señala el documento urbanístico. Y aunque no se considera que esa circunstancia suponga un peligro inmediato, sí acelera la degradación del paso elevado.
Aguas arriba está el puente de La Mata. La asociación vecinal de la localidad “Santo Dolfo” lleva años reivindicando una nueva infraestructura. “Cuando se inauguraron las aceras de La Mata (año 2016), la que era consejera, Belén Fernández, se comprometió a impulsar el proyecto y desde aquella llevamos esperando”, denuncia el presidente del colectivo, Francisco Alonso. También el Ayuntamiento de Grado insiste en ello: “Fue en lo que quedamos, en construir un nuevo puente porque el que hay ahora mismo es muy estrecho y peligroso ya que lo comparten vehículos y peatones”, detalla Alonso.
Por el puente que une La Mata con las Calles Nuevas pasan de media más de 300 coches al día, muchos de ellos procedentes de los pueblos de Bayo, Sama, Coalla o San Martín de Guruyés. “Pasan muchos coches pero un camión mediano ya no pasa por ahí y tiene que ir por Llantrales, dando un rodeo por El Rellán hasta la Puerta Colorada”, detalla el regidor moscón. Al mismo tiempo que circulan los vehículos, los peatones caminan a un escaso un metro de distancia. Y es una zona muy transitada pues por ella salen a caminar los moscones al conocido como Paseo del Río. “El puente es un desastre, está muy mal y deteriorado”, añade Alonso.
El Ayuntamiento no ha recibido respuesta del requerimiento realizado al Ministerio de Transportes e insistirá “pues es una actuación fundamental”, indica Trabanco. Asimismo recuerda la promesa de proyectar un nuevo puente en La Mata al Principado: “Solo para vehículos y que el otro quede para los peatones”.
