De repente, Noreña volvió a ser ella misma, entre olor a gochu en formas casi puras, picadillo y sabadiego. Las fiestas de San Marcos vivieron este sábado una de sus jornadas más multitudinaria con terrazas llenas, modelitos de domingo (ellos y ellas) y aperitivo y vermú entre mascarillas.
La jornada comenzó con la ofrenda del ramo en la estatua de la chacinera, en la que estuvieron los representantes municipales, que también hicieron un saludo institucional por redes sociales. “Lo echaba de menos todo Noreña”. La frase es de Benigno Mencía, recogiendo el bollu en los jardines del Ayuntamiento. La Villa Condal contaba los días para acabar, por fin, celebrando en este 2021 su fiesta más sabrosa.
En el Retiro, sabedores de que “no se podría bailar hasta el amanecer como antes”, como lamentaban sus fieles, sirvió raciones amplias de picadillo. Escena repetida en cada restaurante en un día especial, el del regreso a la fartura condal.