De igual forma que los cerezos en flor del Valle del Jerte se han convertido en toda una atracción turística, en la Comarca de la Sidra también quieren mostrar a locales y visitantes este fenómeno único conocido en la zona como “el floriar del pumar”, que no es otra cosa que el espectáculo natural que ofrecen los manzanos en flor. Entre mediados de abril y mediados de mayo, los vastos paisajes de esta zona manzanera, de suaves montañas y recónditos valles, se tiñen de blanco y rosa como una gran alfombra que destaca sobre el verde predominante. Por ello, cada año, el área de promoción y turismo de la Mancomunidad de la Comarca de la Sidra celebra las jornadas de la Floración del Manzano con visitas a las plantaciones, charlas, catas, actividades artísticas y deportivas o jornadas gastronómicas. Este año la pandemia ha impedido la realización de ésas actividades, pero desde la organización han querido optar por otras iniciativas. “Quisimos abrir una ventana a estas escenas que nos ofrece la floración del manzano a través de las redes, realizando videos en directo desde diferentes pumaradas para mostrar los árboles en todo su esplendor y dar una charla explicativa”, afirma Miguel Ángel Naredo, encargado de promoción turística de la Comarca de la Sidra. Otra de las iniciativas que han ideado ha sido ofrecer una ruta auto guiada para recorrer en coche, moto o bicicleta los seis concejos que conforman la comarca, disfrutando -principalmente-, de los paisajes que dejan las extensas pumaradas en flor. “Se trata de un recorrido de sur a norte que está ideado para circular por esos caminos rurales por los que presta tanto conducir para ir sin prisa, disfrutando de los paisajes de nuestros pueblos y aldeas y sobre todo, de este espectáculo que ofrece la naturaleza que durará aún unas semanas más”, explica Naredo.

El recorrido, de poco más de 70 kilómetros, y casi dos horas de duración, se inicia en la capital del concejo de Bimenes, Martimporra. Desde allí parte a través zonas boscosas de robles, castaños y eucaliptos en dirección norte por la AS-251, que transita por la falda de la Sierra de Peñamayor, hasta llegar a la capital de la sidra, Nava. Aquí, se puede aprovechar la parada para visitar el Museo de la Sidra. La ruta continúa por la AS-357, y tras unos doce kilómetros de carreteras que serpentean entre prados, bosques, y,-por supuesto-, pumaradas, se adentra en el tercer concejo “sidrero”: Sariego, un pequeño municipio formado por varias aldeas que se esparcen sobre un valle custodiado por suaves montañas. Al atravesarlo se encontrarán numerosas iglesias, fruto de la influencia del Camino de Santiago, de especial interés es la iglesia románica de Santa María de Narzana. El recorrido pone entonces rumbo este para llegar al concejo de Cabranes, cuna del arroz con leche. A ambos lados de la carretera, ovejas, vacas y caballos pastan apaciblemente en las empinadas praderías. Al llegar al Cruce del Empalme, la ruta prosigue por la AS-255 en dirección a la capital, Santolaya. Tras cruzar un puente sobre el río Viacaba y justo antes de abandonar el concejo, en el margen derecho de la carretera se encuentra una joya que vale la pena visitar: el Museo de la Escuela Rural.

Paralelamente al río la ruta avanza hasta llegar a Villaviciosa, capital manzanera de España. Prueba de ello son las inmensas pumaradas que se encuentran a la entrada de la localidad pertenecientes al Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (SERIDA). El recorrido se adentra en el casco histórico de la villa, que invita a pasear en torno a las calles con esencia medieval del Sol y del Agua. La ruta deja la capital maliaya por su parte más alta, tomando la AS-330 en dirección hacia la aldea de Miravalles. Nada más comenzar el ascenso se encuentra una pequeña ermita junto a un hórreo y un lavadero que forman una estampa de lo más bucólico. El camino sigue hacia arriba, y al llegar al alto de Agüelle, a unos 300 metros de altitud, se divisa una panorámica de la ría de Villaviciosa hasta su desembocadura, junto a la playa de Rodiles.

Tras seguir varios kilómetros por esa estrecha carretera, ésta desemboca en la AS-258, a la altura de Puente Agüera. Tras cruzar el río Libardón, el recorrido se adentra en el último municipio de los que conforman la Comarca: Colunga. La imponente Sierra del Sueve se erige al frente mientras el recorrido se acerca hacia la capital, rodeado de casas labriegas, hórreos o paneras. Finalmente la ruta cruza la localidad por su zona más céntrica para seguir hacia la costa hasta llegar al pintoresco pueblo marinero de Lastres, donde esta particular “road-trip” llega a su fin.

Pero, como recalca Naredo, “todos los años florece, así que no hay que dejar pasar la oportunidad para perderse por esas sinuosas carreteras, que harán las delicias de los que gustan de la conducción, para disfrutar de un paisaje primaveral muy nuestro”. El recorrido se basa en transitar a través de una de las mayores concentraciones de manzanos de Asturias, pero sin perder detalle de todo lo que les rodea, desde villas y aldeas con encanto, hasta la arquitectura popular de la zona, sin dejar a un lado la gastronomía; una ruta para disfrutar de los cinco sentidos.

El mapa con el recorrido completo se puede encontrar en la web www.lacomarcadelasidra.com