Habían superado una pandemia y la semana pasada llegaron las tormentas. Los dieciocho productores que ayer participaron en Grullos en la 42.ª edición del Festival de la Fresa de Candamo reconocen que este no es desde luego el mejor año. Pero allí estuvieron este domingo, luchando contra virus, rayos, truenos y fuertes lluvias para defender su producción.

Entre unas desgracias y otras, la exposición de este año fue muy limitada, –entre 5 y 10 kilos por productor–, aunque “todos han puesto su granito de arena, aportando lo que buenamente han podido”, explicó Marta Menéndez, concejala de Desarrollo Local, que defiende este cultivo como una de las señas de identidad del concejo.

No obstante, la jornada fue especial, pues hubo una cata con las primeras variedades autóctonas. Se probaron las fresas procedentes del huerto del Ayuntamiento de Candamo, en el que se trabaja en colaboración con el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (SERIDA). Los expertos productores de fresa de Candamo degustaron los tipos locales. Marta Menéndez subrayó que los expertos han encontrado en ese producto candamín un buen nivel “por su carnosidad, por el punto de acidez y por tener el tamaño adecuado”. Con esto, la edil considera: “Podemos estar orgullosos de los resultados que se están obteniendo”.

El Festival de la Fresa de Candamo tuvo este año una edición reducida “pero ha guardado la tradición y estamos muy contentos porque desde primera hora hubo mucha afluencia y los productores hicieron muy buena venta, aunque limitada por el poco género que pudieron recolectar”, explicó Marta Menéndez.

La mejor fresa de esta edición ha sido la cultivada por Luis Fernández en la parroquia de Sandiche. Su fruto se subastó, otra novedad de este año. El comprador pagó 75 euros por un cesto de cuatro kilos. El “secreto” de Fernández es “dedicarle muchas horas de trabajo, mucho cuidado y sacrificio, y por supuesto, que venga buen tiempo”. La fresa de plata fue para la Asociación de Vecinos San Nicolás de Bari, de la parroquia de Cuero, que también se alzó con el premio a la mejor presentación. Y la de bronce, para María Ángeles Beusher.

Pese a haber vendido casi todas las fresas expuestas, los productores insistieron en que este no está siendo un buen año. Jorge Sánchez, que lleva unos diez años en el cultivo de fresa y que tiene unas dos mil plantas, explica que “de momento la cosecha va regular tirando a mal, vamos camino de acabar la cosecha en julio, cuando en años buenos se puede extender hasta noviembre”. También Pili Alonso y su marido Jesús Corzo son habituales del festival, aunque para esta edición solo hayan podido recolectar un pequeño cesto: “Lo importante es tratar de que no se pierda la tradición de la fresa de Candamo”.

El consejero de Medio Ambiente, Alejandro Calvo, destacó en Grullos el esfuerzo de los productores: “La fresa de Candamo es un ejemplo de modelo agrícola que ha sabido aguantar la pandemia”.