Millones de personas en todo el mundo se declaran fervientes seguidores de la emblemática vespa, la mítica motocicleta italiana que ha acompañado a numerosas generaciones. Una afición que ha unido a ocho amigos de Bilbao para fundar el Club Scooteros Ruteros de Bizkaia, para realizar rutas “vesperas” como la que disfrutan estos primeros días de julio. Con un recorrido de 2.500 kilómetros, viajan durante 13 días por la que han denominado “Ruta de las Rías Baixas”, que les ha llevado en su primera etapa a Villaviciosa tras recorrer 257 kilómetros procedentes de Bilbao.

“La esencia del viaje es visitar sitios pequeños, disfrutar en las paradas del contacto con la gente, cuanto menos concurrido sea el sitio mejor. Viajar en vespas es otra forma de relacionarse con la gente, llegas a un pueblo y la gente te saluda y entablas conversaciones, es otra forma de ir por carretera, mejor de tercer orden y disfrutando de gentes, gastronomía y paisajes”, explica Julio César Cascallana quien fue el encargado de organizar durante el último año el recorrido de la ruta que les llevará tras Villaviciosa a Ponferrada, Orense, Viana do Castelo, Oporto; y de vuelta a Baiona, Vigo, O Morrazo, Pontevedra, Villafranca del Bierzo, Cervera de Pisuerga, y finalmente de nuevo a Bilbao. Óskar Bikandi, Antonio Becerra, José Miguel Ariño, Íñigo Andrieu, Joséan Rodríguez, Laureano López “Nito”, Julio César Cascallana y Luis Carlos Moro son los viajeros apasionados por la legendaria marca de la que declaran ser todos unos amantes, porque “una vespa es ilusión, no hay tristeza si se está subido a una de ellas”. No en vano, es un vehículo muy emblemático desde el punto de vista del diseño industrial, ya que fue un diseño para estudiar, muy singular. “Quien la diseñó no era motero ni había diseñado una moto en su vida, la empresa que la diseñó, Piaggio, y su ingeniero Corradino D'Ascanio hacían aviones, trenes y barcos”, explican estos fanáticos, antes de abundar en que “es la primera moto que manejó una mujer, una moto carrozada entera en la que vas sentado como en un coche y es muy fácil de manejar”. Ellos viajan con modelos clásicos como una vespa Iris 200 (año 86), PX 200 (año 89), otra DN (año 82) y otras más modernas como la GTV 250 (vintage 2009), o modelos GTS 300 y GTS 125.

Sobre la elección de su primera parada maliayesa explican que “es la primera vez que visitamos Villaviciosa, que siempre nos había llamado la atención por el nombre. Hemos podido ver sus verdes paisajes, y nos gustaron mucho las casonas antiguas de su impresionante casco viejo. Hemos disfrutado también de la curiosa cultura de la sidra y el rito del escanciado y la gastronomía; y como esperábamos de un muy cálido acogimiento por parte de los vecinos”.

Por todo ello, consideran que “ha sido todo un acierto hacer la primer etapa hasta la localidad de Villaviciosa, un sitio muy bonito y distinguido”, afirman los viajeros, muy contentos con la experiencia antes de continuar ruta con el mejor espíritu aventurero y vespero, destino a la ciudad portuguesa de Oporto.

Una ruta sobre dos ruedas para conocer el mundo desde otra perspectiva.