La localidad de Rozaes tiene una de las huertas más ricas y productivas del concejo de Villaviciosa, siendo reconocida la calidad de sus verduras, hortalizas o fabes. Una generosa tierra que destaca también por la calidad de frutos como las manzanas, guindas o cerezas, y donde la mayor fama se la llevan sus “figos”, al que los animosos vecinos rinden homenaje anual con la celebración de una feria de referencia en Asturias

Pero este verano los vecinos están impresionados por los enormes ejemplares de patata que está recogiendo en su huerta de Los Corrales el matrimonio que forman Tere Sopeña Sánchez, de 84 años, y Ángel Díaz García, de 89. “El pasado año la cosecha de patatas fue escasa y este año desmesurada. Plantamos veinticinco kilos de la variedad Monalisa y hemos recogido casi trescientos. Hay más de medio centenar de piezas que pesan casi el kilo, y varios ejemplares que lo sobrepasan. El récord lo tiene una patata que pesó 1,33 kilos y mide 28 centímetros. Nunca en la vida habíamos tenido patatas tan desmesuradas, ni yo en los años que tengo las había visto nunca tan grandes”, explica asombrada la cosechera, quien se encargó personalmente de pesarlas por la curiosidad de su impresionante tamaño

Una huerta en la que ya el pasado año también habían nacido unas cebollas que habían superado el kilo de peso, llegando algunos ejemplares al kilo y medio. “En la huerta plantamos para consumo propio fabes, zanahorias, lechugas, acelgas, coliflores o calabacín, pero les patates nacieron exageraes. Tenemos una huerta a la que le da el sol todo el día y el abono es natural con cuchu como toda la vida. Supongo que atenderla bien, tenerla limpia y sallar a menudo, ayude a que todo lo que plantamos se de bien, pero al crecimiento tan grande de les patates no encuentro ninguna explicación”, indica Tere Sopeña, quien se encarga principalmente del trabajo del cultivo y recalca que no venden nada de lo cosechado

“La huerta es nuestro mayor entretenimiento en el día a día, y lo cosechado es para nosotros, y aunque ya nos cuesta trabajar la huerta por la edad, no hay nada para comer como lo cosechado propio y natural”, señala el matrimonio, orgulloso de sus patatas y que ha regalado las piezas más espectaculares a su sobrina Paula Sopeña, del restaurante Casa Eladia de la localidad, que este matrimonio regentó durante casi 50 años y donde ahora se encuentran expuestas para asombro de los clientes.