La vicealcaldesa de Noreña, Ana González, tenía ayer la voz quebrada, al agolparse en su cabeza los recuerdos de las personas que fallecieron por causa del coronavirus: “En Noreña hemos vivido la enfermedad y sabemos lo duro que es superarla. Sufrimos la pérdida de Manuel Villa Ruisánchez, esposo de la Alcaldesa, con mucha tristeza y dolor”, relató desde el Palacio de Miraflores, donde un texu recuerda desde ayer a las víctimas del covid, una iniciativa en línea con las que han tomado otros lugares de Asturias.

La regidora, Amparo Antuña, no pudo estar presente en el homenaje, pero a través de la vicealcaldesa envió un mensaje a los noreñenses: “Entre lágrimas me dijo que, aunque la pérdida de un ser querido es muy dura, hay que seguir luchando”, contó Ana González.

La concejala recordó también cuando se tuvo que cerrar la casa consistorial, a finales del pasado octubre, y el 90 por ciento de la plantilla fue a su domicilio, contagiada o con riesgo de contagio: “Ha sido muy duro para todos”, concluyó.

La pandemia aún no se ha acabado, remarcó en el acto de Noreña Rita Camblor, consejera de Presidencia del Principado. Por eso, en la misma dirección que el mensaje de la Alcaldesa, afirmó: “Hay que hacer un último esfuerzo, aunque todos sabemos que es complicado”. Subrayó también que hay “una deuda con la infancia y la juventud” por el tiempo de pandemia.

Celia González habló en representación de los jóvenes del concejo: “Todo esto nos ha costado mucho, y hemos tenido momentos muy duros, pero, gracias a la colaboración de todos, hemos podido ir superándolo poco a poco”, dijo en nombre de una generación que, con pocos años, tuvo que afrontar el confinamiento en casa, la pérdida de seres queridos, el miedo a la enfermedad o la adaptación a la enseñanza telemática.

El ambiente en Noreña era ayer solemne. Sonó una gaita al desplegar una placa en la que se lee: “El texu es un árbol que se asocia en el mundo rural asturiano con la comunidad, el ciclo de la vida y de la muerte; es muy longevo, de forma que en este memorial irá creciendo y cambiando con el tiempo”. Una metáfora a la medida del pueblo de Noreña, con las embestidas que sufrió por el covid.