Uno de los rincones más emblemáticos del casco histórico maliayés es la plaza de Santa Clara, con su fuente y sus jardines. En uno de los laterales de este histórico rincón, uno de los primeros núcleos del crecimiento extramuros de la villa medieval, se encuentra un icónico mural publicitario de azulejos colocado por la empresa Philips en los años finales de la década de los 50 del siglo pasado. Este de Villaviciosa es uno de los pocos que aún perduran en España en buen estado de conservación.

El paso del tiempo y algún ataque en forma de grafitis había ocasionado un importante deterioro del singular panel cerámico y su mal estado era ya más llamativo que la propia obra. A ello acaba de poner remedio altruistamente el vecino maliayés Félix Álvarez, que ha dedicado más de 30 horas a limpiar esta valiosa joya, símbolo de una creativa época de la publicidad en cerámica. En este caso para una de las compañías de tecnología más importantes del mundo en aquel momento. Su huella ya forma parte de la decoración patrimonial urbana de Villaviciosa.

“Justo al lado del histórico mural está la casa de mi hijo Pedro, que estamos restaurando y pintando la fachada. Una vez terminadas las obras y animados por los vecinos, nos decidimos a limpiar y arreglar el precioso mural que se veía muy deteriorado, sucio, con grafitis o marcas de cal que habían arroyado por todo el panel con la lluvia y el paso de los años”, explica Álvarez, muy contento por el resultado final de los trabajos. “Ahora todos los que pasan por aquí le hacen fotos”, dice.

Llevó a cabo la cuidadosa limpieza con la ayuda de su hijo Pedro Álvarez Jurado utilizando esponjas y productos de limpieza especiales para respetar el aspecto original del mural, que ahora vuelve a relucir como hace 60 años en este rincón de Villaviciosa.

Se trata de una pieza de tres metros de ancho y casi cuatro de alto compuesto por 520 azulejos cuadrados de 15 centímetros. El conjunto forma el logo con el que la firma holandesa reforzaba la iniciativa empresarial de Ramón Piñuli, comerciante y distribuidor en Villaviciosa de la prestigiosa marca de electrodomésticos y de las primeras televisiones que llegaron a la villa.

Los trabajos han merecido el reconocimiento de los vecinos, como Cristina Rodríguez, que se manifiesta entusiasmada y agradecida por el trabajo. “El mural ha quedado ‘niquelau’, han hecho una labor impecable respetando los azulejos originales de los que solo faltaba uno. Yo le pedí que dejaran otro sin limpiar para que se vea como estaban de feos antes. Este mural tiene mucho valor, me recuerda a otro símbolo publicitario protegido como es el toro de Osborne”. “Hay que darle las gracias a Félix por regalar su tiempo por amor al arte y a Villaviciosa”, añade.