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Noreña, con el gochu solo en esencia

El Ecce Homo se celebra “luchando contra la lluvia” y sin la tradicional comida del sábado: “La echamos de menos”, subrayan los vecinos

Por la izquierda, Mari Ángeles Díaz, Consuelo Villar, María José Junquera, Patricia Casero, Pelayo Suárez, María José Blanco (”Coché”), Maruja González y Milita Colunga, en la plaza del Ayuntamiento de Noreña. | Inés Gago

– Mal, mal, lo que se dice mal, no están este año las fiestas de Noreña, pero es verdad que falta el gochín.

María José Blanco, “Coché”, de todos modos, lleva su recuerdo en la vestimenta: la camiseta, la imagen del pañuelo e incluso su pasador lo llevan, pero no es suficiente: falta la comida, que se celebra cada año por las fiestas del Ecce Homo en su honor, que es a lo que se refiere.

–Es que hubiera sido ayer... Aunque, bueno, casi mejor que no fuera porque se puso a llover a la hora del vermut. La gente huyó de las terrazas en desbandada. Menos mal que por la tarde paró, y se pudo celebrar lo que tenían previsto. Y, por suerte, para por la noche tampoco daban malo, aunque nunca se sabe cómo puede ser el tiempo en Asturias.

Por la izquierda, Naroa Escanciano, Sara Fraile y Cecilia Rendueles, en la pista de skate de Noreña antes de competir. | Inés Gago

La lluvia también aguó el pregón al encerrarlo en la sala polivalente, dice Coché. Aunque el auditorio, con aforo de 160 se llenó, e incluso hubo cincuenta o sesenta personas que esperaron fuera a que terminase. Al final, no llovió tanto. Por eso pudieron ir a ponerle el pañuelo al gochu (a la estatua del gochu).

A los “riders”, que participaban por la tarde en el “Gochu Skate Contest”, curtidos en mil batallas con el mismo enemigo, tampoco les molestó demasiado la lluvia. Iba a hacer falta algo más que cuatro gotas para que se marcharan de su pista. El año pasado, el concurso –o concentración, porque para ellos “es lo mismo”– se quedó en una exhibición. Y vuelven con más fuerza que nunca y un monto total de premio que alcanza los 5.000 euros, entre la cantidad de dinero en metálico y el material relacionado con el deporte que se entregaría.

En total, tuvieron casi una treintena de “riders”, de diferentes categorías. La categoría femenina, como es habitual, con menor participación, alcanzando casi la decena, poco a poco va creciendo. “Yo creo que el problema es que lo prueban poco, porque esto es muy divertido”, afirmaba Cecilia Rendueles al pie de la pista. Dice que en ese mundo tiene “más amigos chicos”, aunque tampoco le importa demasiado: lo que le gusta es patinar y disfrutar.

Y, en “Gochu Skate Contest” tiene también una cosa muy especial y que va con la forma de ser de los noreñenses: el premio no va solo para los primeros, sino que hay una amplia lista que hace que tan solo la participación merezca la pena. Por eso, año tras año, atrae a gente de toda España, tanto a participar como a colaborar en la organización. Aunque también, como contaba Pablo Moreno –que ayer participaba en una de las categorías juveniles–, uno de los reclamos más importantes para visitar Noreña era comer el “gochu”, aunque este año no se pueda.

Pero, aunque ayer fuera el día del gochín, y hoy no se pueda celebrar la procesión del Ecce Homo –aunque sí la misa en su honor, a las 12 horas–, decía también Coché que, aunque luchando contra la lluvia, Noreña no había perdido su alegría. Ella, que es de “allí de toda la vida”, junto a su grupo de amigas, representaba esa esencia: además de mascarilla, pañuelo en el cuello. Y, si el covid quita la comida del gochu, pues llevan el Gochu –en la ropa– con ellas.

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